La baja de última hora de Mike Tobey por una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha obligó a Jaume Ponsarnau a cambiar sus planes. Bojan Dubljevic debía asumir aún más responsabilidad de la que ya suele tener y apenas tuvo descanso en una primera parte en la que, sin embargo, le costó ver aro, con solo dos puntos al descanso, pero con seis rebotes.

En un primer cuarto de escasa puntuación que acabó 16-16, solo San Emeterio anotó con facilidad, con nueve puntos al final de los primeros diez minutos. Pero el Olympiacos tenía en Papanikolaou al mejor antídoto para la inspiración del cántabro y, con sus ocho puntos, permitió terminar el primer cuarto empatados, mientras uno y otro equipo fallaban un triple tras otro.

Vives se sumaba a la inspiración de San Emeterio con dos triples en el segundo cuarto, pero Vezenkov y Brandon Paul hacían daño y los taronja seguían sin encontrar a sus dos grandes referentes de las últimas semanas, Bojan Dubljevic y Alberto Abalde, quien acabó el partido con solo un punto.

Un inquietante 31-39 hizo reaccionar a los taronja en el último minuto antes del descanso, al que se llegó solo tres puntos abajo (36-39) gracias a tres puntos de San Emeterio y una canasta de Van Rossom.

Los porcentajes en el tiro exterior seguían sin acompañar, pero el Olympiacos no acababa de romper el partido. Ni siquiera con el 43-53 a mitad del tercer cuarto tras un parcial de 0-10, los griegos pudieron respirar tranquilos. Marinkovic y de nuevo San Emeterio asumían la responsabilidad de recortar diferencias sin Dubljevic en pista, los taronja aprovechaban también los tiros libres y en unos minutos se metieron de nuevo en el partido (61-63). Pero Baldwin, un nuevo triple de Vezenkov y un Printezis que despertó en el tercer cuarto, llevaron al Olympiacos a iniciar el último cuarto con siete puntos de ventaja (63-70).

Pero este Valencia Basket nunca baja los brazos. La Fonteta puso su granito de arena y en menos de dos minutos los taronja empataron el partido con un parcial de 7-0 que obligó al técnico griego a pedir tiempo muerto. Y ahí volvió a cambiar la cara de un partido imprevisible, con constantes rachas cruzadas. El Olympiacos respondió con un parcial de 0-8 con dos triples de Brandon Paul y Vezenkov y dos tiros libres de Rochestie (70-78).

Ahora le tocaba a Ponsarnau pedir su tiempo muerto. Y de nuevo volvió a funcionar para encadenar otro parcial de 9-0 tras triples de Van Rossom y canastas de Marinkovic y Doornekamp, los tres jugadores más inspirados tras San Emeterio. Colom puso por delante al Valencia Basket (80-79) a falta de cuatro minutos para el final.

Papanikolaou volvió a emerger para cortar la racha, San Emeterio le respondió y de nuevo Printezis volvió a poner tierra de por medio con cinco puntos consecutivos (80-85). Un enchufado Marinkovic reducía la diferencia a tres puntos, pero Vezenkov volvió a aparecer para, con un palmeo, devolver los cinco puntos de diferencia.

Con menos de dos minutos para el final no había margen para el error y por suerte, un triple fallado por Quino Colom acabó en tres tiros libres. Metió los dos primeros y falló el tercero, pero el rebote acabó en manos taronja, para empezar una nueva posesión a tiro de tres para empatar el partido. Dubljevic se la jugó de dos y falló su gancho y Spanoulis castigó el error con una canasta fácil.

El partido parecía que se escapaba de las manos, pero Marinkovic mostró su personalidad y puso de nuevo al Valencia Basket a tiro de tres tras una entrada a canasta. Papanikolaou pudo sentenciar con dos tiros libres a falta de 11 segundos, pero falló los dos. El escenario perfecto para intentar el milagro si no fuera porque los de Ponsarnau no lograron coger el rebote. Printezis anotó dos tiros libres, Marinkovic hizo lo propio después (88-91) y con posesión para el Olympiacos a falta de 3 segundos, el milagro ya era imposible aunque Ponsarnau lo intentó con un último tiempo muerto tras dos tiros libres anotados por Spanoulis (88-93).

Marinkovic aún anotó un último triple que puso al Valencia Basket a dos a falta de 0,8 segundos. Había que buscar una falta inmediata, pero ya no les dio tiempo y el partido acabó con los taronja muriendo en la orilla, a un paso de la remontada.

Pero no hay tiempo de lamentaciones, el domingo hay una final contra el Joventut con el billete para la Copa del Rey en juego y el Valencia Basket debe encontrar de nuevo su mejor versión.