Calathes y Rice y los últimos partidos del Panathinaikos imponían respeto y la lesión de Van Rossom al inicio hacía aún más preocupante el buen estado de la dupla del equipo heleno. Pero el Valencia Basket cuajó uno de sus mejores partidos de la temporada para tumbar a uno de los históricos del baloncesto europeo y asentarse más aún en el Top 8 de la Euroliga tras ganar 94-87.

La Euroliga volvía a La Fonteta con la visita de uno de los mejores equipos del continente, pero antes de empezar el duelo en la pista, los jugadores del Valencia Basket y del Panathinaikos se unieron en el centro de la pista para rendir un emotivo homenaje con un minuto de silencio a Kobe Bryant y al extaronja Robert Archibald, fallecidos en la última semana.

Ya en el partido, las hostilidades empezaron con un clásico esta temporada, un intercambio de triples, en este caso entre Doornekamp y Fredette. Las ventajas se alternaban a favor de uno y otro equipo, con Dubljevic y Calathes llevando el peso anotador de cada equipo, con Doornekamp y Vives como escudero del montenegrino por parte taronja.

Y es que con Van Rossom fuera del partido antes de los dos minutos minutos del primer cuarto por unas molestias que le obligaron a retirarse cojeando, fue Vives quien cogió el mando del equipo en los primeros diez minutos, antes de compartir protagonismo con un inspirado Colom en el segundo período.

Con un ajustado 27-25 empezaba el segundo cuarto, en el que Wesley Johnson no tardó en empatar a 27. Pero de nuevo Dubljevic, Colom y San Emeterio subieron las revoluciones taronja para cerrar un parcial de 15-2 que llevó al Valencia Basket a escaparse de 13 puntos (42-29) ante el delirio de la afición.

Pero en el mejor momento taronja, emergió en el Panathinaikos Tyrese Rice para, con 8 puntos consecutivos, ayudar a devolver un parcial de 4-14 que metió al conjunto heleno en el partido después de tres canastas consecutivas de Calathes, Deshaun Thomas y Papapetrou.

Pero un 2+1 de Abalde, un triple de Vives y otro de Colom (con dos tiros libres de Rice entre medias), devolvieron cierta tranquilidad a los de Ponsarnau antes del descanso, al que se llegó con un 55-45 en el marcador, con Dubljevic como gran referente taronja, con 15 puntos, seis rebotes y 23 de valoración y Vives y Colom respondiendo con acierto a la dupla Catathes-Rice.

Los de Rick Pitino se ponían a cinco al inicio de la segunda parte tras un 2+1 de Calathes y una canasta de Fredette, pero los taronja tenían en su acierto en el tiro exterior un arma suficientemente potente como para volver a abrir brecha en el marcador, con seis triples en menos de diez minutos, repartidos entre Vives, Labeyrie, Colom y Doornekamp. Un recital que elevó la venta hasta los 16 puntos al final del tercer cuarto (80-64).

Pero a un equipo como el Panathinaikos no se le puede dar nunca por muerto, y menos con diez minutos por jugar. Y bastaron cuatro minutos y medio para comprobarlo, con un sorprendente parcial de 0-13 que dejó al conjunto griego a solo tres puntos (80-77) con más de cinco minutos por jugar.

Dubljevic frenó la sangría, pero Calathes (con 21 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias en esos momentos) y Thomas no tardaron en empatar el partido (82-82) a falta de poco más de tres minutos para el final.

La Fonteta ya no lo veía claro, pero volvió a aparecer Doornekamp para, con su cuarto triple en otros tantos lanzamientos, devolver algo de tranquilidad. Papapetrou fallaba un tiro libre, Dubljevic fallaba un tiro y Deshaun Thomas cogía un rebote ofensivo para llevar de nuevo el silencio a las gradas. Pero falló un tiro libre y los taronja tenían posesión a falta de minuto y medio, con un punto de ventaja (85-84).

Abalde forzó una falta y la expulsión de Calathes. Falló el segundo de los tiros libres, pero Labeyrie recibió otra falta y anotó los dos para poner a los taronja cuatro arriba (88-84) a 1:19 del final.

Sin Calathes en pista, el milagro para el Panathinaikos pasaba por las manos de Rice, quien no tardó en sumar un 2+1 (88-87) a falta de un minuto. Pero en el momento más difícil del partido, Dubljevic y Abalde asumieron la responsabilidad para sentenciar el partido, con una canasta y un rebote ofensivo del montenegrino y cuatro puntos finales del gallego, que puso a La Fonteta en pie con un mate a una mano antes del definitivo 94-87.

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