El paso por la Copa del Rey, a no ser que seas el equipo que se alza con el título, suele dejar un sabor amargo. Es lo que le volvió a pasar al Valencia Basket, que vació su depósito de gasolina en un gran partido ante el todopoderoso Barça de Nikola Mirotic BarçaNikola Mirotic y ya no pudo competir en semifinales ante otro transatlántico como el Real Madrid.
Un partido para olvidar pero que en nada refleja el potencial real del conjunto taronja, aunque sí el físico. Y es que ha quedado sobradamente demostrado a lo largo de la temporada que a los de Jaume Ponsarnau les cuesta mucho jugar dos partidos en 48 horas. El desgaste de alternar la Euroliga y la Liga Endesa está siendo enorme y eso lleva a que, sin la recuperación adecuada por lo apretado del calendario, las vías de agua se multipliquen.
Una asignatura pendiente que habrá que intentar corregir en este segundo tramo de la temporada. Sobre todo en lo que se refiere al máximo torneo continental pues es ahí donde los valencianos tienen marcado en rojo el gran objetivo del curso. El que pasa por meterse en el Top 8, certificando así su billete para la próxima edición del torneo y, muy probablemente, una plaza fija en la campaña 2021/22.
El futuro del Valencia Basket, por tanto, depende de diez partidos. Los que restan para concluir la fase regular de la Euroliga. Diez auténticas finales a las que el conjunto taronja debe apostar con todo. Empezando por la de este viernes ante el Maccabi Fox Tel Aviv en La Fonteta. Ponsarnau, consciente de que el equipo está cogido con alfileres, ha dado un descanso a la plantilla una vez concluida su participación en la Copa del Rey de Málaga. No será hasta este martes cuando el equipo comience a preparar el duelo ante el equipo israelí.
El margen, en esta ocasión, es más que suficiente teniendo en cuenta además que los taronja no volverán a jugar en la ACB hasta el 1 de marzo. El calendario en la competición doméstica se detiene debido a la primera ‘ventana FIBA’ de clasificación para el Eurobasket 2021, pero no en la Euroliga donde la próxima semana llega a València el Fenerbahçe. Es tiempo, por tanto, de cargar pilas para lo que resta.
