Paco Raga, exconsejero delegado del Valencia Basket, asumió la gestión del club en un momento crítico, llegaron los títulos y devolvió la ilusión por el baloncesto a Juan Roig cuando más hacía falta. Desde entonces, el club ha crecido año a año con Paco Raga y con una nueva filosofía que le ha llevado a diez finales, a apostar por el baloncesto femenino y a impulsar L'Alqueria del Basket y el Casal España Arena.

Tras once años al frente del Valencia Basket, deja el cargo de consejero delegado

Es una situación a la que llevaba dándole vueltas desde hace dos años. Eran ya 11 en el cargo, tengo 70 y necesito un poco de descanso, aunque seguiré vinculado al club. Ahora es también buen momento porque José Puentes conoce también muy bien el club y es un buen relevo.

¿Han ido preparando este relevo de manera progresiva desde que regresó Puentes al club?

Él lleva tres años aquí y la idea que teníamos era la de encontrar el momento oportuno para pasarle el relevo. El club funciona con mucha soltura y era buen momento.

Significativo de la satisfacción por su gestión es que seguirá en el Consejo y además como Presidente de Honor...

Para mí fue un honor que me propusieran continuar en el Consejo y ser Presidente de Honor, fue un detallazo del Consejo y lo agradezco mucho.

El día que se anunció su adiós al cargo, Juan Roig destacó que había logrado devolverle la ilusión por el baloncesto. Difícil es recibir un mejor elogio...

Sí, respeto muchísimo a Juan, le conozco muy bien y agradezco que depositara la confianza en nosotros cuando no salían los resultados. En 2009 se hizo a un lado y dejó claro que si en dos años no cambiaba todo, lo dejaba. Por suerte, logramos ganar la Eurocup y se volvió a ilusionar. En este tiempo, el club ha logrado cinco títulos y ha llegado a diez finales y ya no hay vuelta atrás. Se ha impulsado también L'Alqueria y el Arena. Todos los sueños se están haciendo realidad.

¿Tan crítico fue aquel momento?

Muy crítico, sí. Estaba Manuel Llorente, pero se fue al Valencia CF. Solá y yo nos pusimos al frente en la gestión del club y nos acompañaron los resultados. Aquella Eurocup de la temporada 2009-10 fue un punto de inflexión porque lo cambió todo. El propietario se animó a continuar con el baloncesto y el club se hizo más fuerte y los abonados nos empujan a seguir, llenando el pabellón. De hecho, llevamos tres temporadas sin poder vender abonos y eso es muy significativo.

Hubo un cambio de filosofía radical y curiosamente, cuando se bajó el presupuesto y se acabaron los fichajes 'galácticos', empezaron a llegar los títulos...

Así es, un buen presupuesto es muy importante pero no te garantiza resultados. Veníamos de unos años en los que no se había acertado en los fichajes, vinieron algunos americanos que ganaban mucho dinero y estábamos desengañados. Cambiamos el estilo, apostamos por hacer las cosas con más coherencia, Juan siguió apostando, hicimos equipos competitivos y volvió a gustarle lo que veía.

¿Con qué directrices se planteaban desde entonces los fichajes?

Ya no hacíamos contratos de los que llamaban la atención. Lo de fichar a americanos que nunca habían jugado en Europa con contratos de tres años, se acabó. Primero queremos ver cómo son personal y profesionalmente y ya habrá tiempo de ampliarles el contrato. Marcamos un cambio de filosofía, impusimos condiciones y unas pautas de comportamiento a los jugadores para afrontar los fichajes y logramos grandes resultados gracias a todo ese trabajo anterior. Prueba de ello es que han venido muchas veces a pagar grandes cantidades por jugadores nuestros como Savanovic, Faverani, Claver, Oriola y ahora, Abalde.

¿Es el título de Liga Endesa

Fue algo muy especial sí, porque con una tercera parte del presupuesto del Real Madrid o del FC Barcelona, ganamos la Liga y además jugando en el playoff contra los tres equipos con más currículum en España. Demostramos que con coherencia y haciendo las cosas bien, se puede estar ahí y es lo que intentamos transmitir con el lema de la Cultura del Esfuerzo.

¿Cuál ha sido del golpe más duro que ha recibido en estos 11 años?

La derrota en la final de la Eurocup en La Fonteta. Fue algo muy duro pero el destino quiso que esa misma temporada acabáramos ganando la Liga. A pesar de aquel golpe, valoro mucho el hecho de haber jugado aquella final porque para llegar a los títulos, primero hay que jugar finales y hemos llegado a diez en once temporadas. En cada una de ellas se puso un granito de arena para seguir creciendo y nos dimos cuenta de lo importante que es para llegar ahí, tener jugadores identificados, un bloque con varias temporadas en el club, ayudados también por empleados que han aportado mucho también.

¿Cuál ha sido el mejor fichaje en su etapa al frente del club?

Prefiero no individualizar, ni para las cosas positivas ni para las negativas. El club ha crecido encadenando cosas buenas y menos buenas, pero me quedo solo con lo bueno, con esa Ciudad del Basket que acabó siendo L'Alqueria, con el Arena y con la importancia de unos mecenas que nos permiten disfrutar de baloncesto y del bueno.

Aún están las obras en sus inicios, pero ¿qué importancia tendrá el nuevo pabellón en el crecimiento futuro del club?

Solo la explotación del Arena va a permitir que el deporte del baloncesto siga en Valencia muchísimos años.

Antes de poner la guinda con el Casal España Arena

Primero quisimos habilitar un parking para 1.200 coches en el solar porque nos cosían a multas. Jugaba un equipo de fútbol al lado de La Fonteta y lo dejaron. Hablando con Juan, vimos que ahí se podían hacer cuatro pistas de baloncesto. Se fue a casa con esa idea en la cabeza y al final dijo, cuatro no, trece. Necesitábamos la colaboración del Ayuntamiento y al final todo se tradujo en una instalación única de 15.000 metros cuadrados, con 13 pistas en dos naves.

Y llegó L'Alqueria, el título de Liga y el proyecto del Arena...

Ganar la Liga fue el empujón definitivo hacia el Arena. Valencia y la Comunitat Valenciana necesitaban un recinto como este, deportivo, cultural, musical, donde se podrán hacer multitud de eventos.

Al margen de aquel punto de inflexión con la Eurocup 2009-10, seguro que habrá pensado en más de una ocasión la cantidad de situaciones que han tenido que pasar para llegar hasta aquí...

Así es, otro momento muy delicado en la historia del club fue el descenso en Huesca. Había una peña que ayudó mucho en aquel momento y que empujó a los dirigentes a que no lo dejaran. Fue un momento crítico hasta que llegó la Copa del Rey, Miki Vukovic y después la ULEB. Esto dio un empujón a todo el proyecto antes del otro momento crítico, que fue en 2009.

¿Habría Valencia Basket de no haber sido por los JJOO de Los Ángeles 84?

Ahí se remonta todo. En la pandilla de amigos éramos futboleros, pero aquella medalla de plata de España lo cambió todo. Recuerdo que estábamos jugando al squash y le dije a Juan que me estaba levantando a las 4:00 de la madrugada para ver a la selección. Y él me dijo que también. Empezamos a darle vueltas a la idea de comprar algún equipo o conseguir alguna plaza y se dio la circunstancia de que el Valencia CF, en la época de Arturo Tuzón, dejaba la sección de baloncesto y ahí empezó todo. Ahora ya no somos nada futboleros.

En su etapa al frente del club ha tenido siempre la 'guerra' por las licencias y el acceso a la Euroliga. ¿Cómo ha vivido esta situación y la actual de la máxima competición europea?

Antes que nada, me gustaría valorar que jugar la Eurocup también ha sido muy importante para nosotros porque nos ha permitido conseguir muchos títulos y abrirnos por méritos deportivos las puertas de la Euroliga. Nuestro lema siempre ha sido defender los méritos deportivos y en eso hemos sido muy insistentes y tozudos. Pero podemos decir con orgullo que somos el único equipo europeo con cuatro Eurocup y la afición ha disfrutado mucho de ellas.

¿Aceptaría el Valencia BC una licencia en caso de llegar el ofrecimiento de la Euroliga?

Preferimos que se llegue siempre por méritos deportivos y que no haya ningún club fijo en la Euroliga. De momento, intentaremos hacer buenas plantillas para quedar siempre entre los ocho primeros, ilusionar a la afición y poder jugarla, pero si llega el momento en el que nos llega esta posibilidad, ya decidiría el club. Pero recalco que preferimos estar por méritos deportivos.

¿Para cuándo se puede soñar con un Valencia Basket campeón de la Euroliga?

Eso es algo muy difícil. A la Final Four suelen llegar equipos con un mínimo de 30 millones de euros de presupuesto. Sabemos que eso no lo es todo y tenemos esa ilusión y mentalidad. Esperamos que algún día lo logremos, más por ganas que por presupuesto.

Algunos grandes de Europa están con problemas económicos tras la crisis por el coronavirus y con un presupuesto similar al de la pasada temporada, el Valencia Basket ha podido acceder a jugadores del máximo nivel. ¿Hay motivos para ilusionarse?

Jugadores importantes se han dado cuenta de lo apetecible que es jugar en el Valencia Basket, en la Liga Endesa y en un club que está también en la Euroliga. Somos un club en crecimiento constante y todo ello ayuda a poder fichar a un jugador como Derrick Williams, por citar a uno de los que más se ha hablado.

Una ambición que también se ha visto en los fichajes para el Valencia Basket Femenino

En el equipo femenino llevamos la misma filosofía que en el masculino. Las jugadoras quieren venir y hemos de aprovecharlo para hacer un equipo lo más competitivo posible. Tenemos grandes esperanzas de que puede luchar por todo y acabar ganándolo todo muy pronto.

Con L'Alqueria es probable que se facilite la llegada de nuevos talentos de casa a los primeros equipos a corto y medio plazo, algo que no ha sido fácil históricamente. ¿Es ese otro de los grandes objetivos para el futuro?

Ya tenemos algunos jugadores con perspectiva de llegar al masculino y jugadoras que han llegado y llegarán al femenino. Queremos sacar gente de la cantera para llegar a lo más alto, pero es algo que cuesta. De todas formas, tenemos las condiciones para que todos y todas puedan soñar con llegar llegar a los primeros equipos.