Lucas Marí es uno de los jugadores con mayor proyección dentro de la cantera del Valencia Basket. Internacional sub’15 con la selección española, con la que en estos últimos días se ha estado ejercitando en L’Alqueria del Basket, al base formado también en Godella hasta los 11 años se puede decir que le corre el baloncesto en las venas. Cuestión genética. Todos sus hermanos -Jorge (18), José (12) y Paula (9) -juegan, pero es que además su padre, José Manuel Marí, fue el primer canterano en debutar con la entidad taronja en la ACB.

Cierto es que tuvo una presencia casi testimonial, aunque suficiente para ser el primer integrante del ‘Mur dels Somnis’ ubicado en la pista central de una instalación por la que Lucas transita casi a diario. «Me hace sentir muy feliz y orgulloso. No es nada fácil llegar a estar ahí», confiesa a SUPER el canterano, que sueña con poder emular algún día a su progenitor e inscribir también su nombre. «Es algo más que compartiría con mi padre, y también significaría que sigo en el club, además de que apuestan por mí y por mi juego», señaló.

Serían el padre el primero y el hijo último -hasta que llegase otro jugador o jugadora- en el 'Mur dels Somnis' . Algo que nadie tendrá la oportunidad de conseguir nunca. «Sería divertido, la verdad. Es muy ilusionante para todos, pero hay que ir poco a poco y no agobiarse. Ese día, si llega, lo celebraremos con una paella, pero luego habrá que seguir entrenando duro», nos cuenta José Manuel, para el que fue toda «una sorpresa ver mi nombre ahí. No sabía que se iba a hacer esto en L’Alqueria y al verlo me puse muy contento. Compartir ‘cartel’ con esa lista de grandes jugadores es increíble».

Motivo por el que todavía resulta más admirable que no trate de condicionar a Lucas con cuestiones técnicas, sino ejerciendo de padre y educándole en valores. «Me da consejos pero más enfocados a lo que es el respeto por el equipo, compañeros, árbitros... Son temas más de comportamiento que de juego», explica el sub’15, que tiene entre sus ídolos a Juan Nuñez, Llull, Doncic, el taronja Van Rossom o el también canterano Guillem Ferrando.

«Con el tiempo te das cuenta de que tiene entrenadores muy buenos y que en lo que tienes que ayudarle es en saber gestionar las emociones, los enfados, pero no en temas de baloncesto. A su edad hace ya cosas que yo no hacía», confirma su padre, que también jugaba como base. «Tiene más talento que yo», subraya José Manuel, que destaca que «desde pequeñito botaba el balón con la cabeza levantada, no la perdía y daba buenos pases. En ese tipo de cosas si que se parece a mí». Lucas, por su parte, rubrica que «aunque no le vi casi jugar dice que en la visión de juego y en la potencia física nos parecemos, aunque me ve más talento en otros aspectos».

Aunque hace ya un tiempo que el actual jugador de la cantera del Valencia Basket «cachondeo y risas en casa». «Ahora le saco, le saco», comenta entre risas el jugador del Cadete B, que entre sus objetivos a medio plazo tiene «el Europeo sub’16 del próximo año, por lo que quiero entrenar y mejorar para llegar en un buen nivel y ser importante dentro del equipo».

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