Apenas han transcurrido cuatro días de entrenamientos de la primera plantilla del Valencia Basket, con sus cinco caras nuevas, y uno de los veteranos del equipo, el escolta balear Joan Sastre, ya ha mostrado mayores dosis de ambición para esta nueva temporada a la vista de la calidad de los fichajes. «A mí me gusta mucho la plantilla que tenemos», sentencia en declaraciones facilitadas por el conjunto taronja.

«Pero después hay muchos factores que hay que trabajar. Hay que conseguir que seamos un equipo, que nos entendamos. Y para eso están los entrenamientos que estamos haciendo ahora, para intentar ser el mejor equipo posible. Por nombres, individualidades, tenemos buenos jugadores. Pero hay que intentar unir todo esto para que luego funcione como equipo», explica ante una temporada que, como todo el año 2020, puede estar marcada por la evolución de la pandemia.

Ya lo han estado las vacaciones, diferentes, pero en las que los de Ponsarnau han trabajado individualmente para tratar de mantener la forma: «Ha sido un verano diferente a otros años pero ha habido tiempo para todo. Ha habido tiempo para desconectar y olvidarse un poco del baloncesto. Pero también para seguir trabajando y llegar en forma a esta pretemporada. Es cierto que individualmente hemos trabajado bastante en casa. Y cuando llegamos aquí hicimos unas cuantas sesiones individuales antes de empezar colectivamente. Es cierto que los entrenamientos de grupo han empezado siendo fuertes y duros pero con buenas sensaciones todos, muchas cosas del año pasado. Los que ya llevamos unos años aquí tenemos que intentar ayudar a que los nuevos se adapten los más rápido posible».

Hermannsson, Prepelic, Kalinic, Williams y Pradilla, cuatro extranjeros y un joven español que deben hacer olvidar a los cinco que se marcharon. «Es pronto aún para hablar de la adaptación de los nuevos, pero los cuatro o cinco días que llevamos con ellos entrenando los veo bastante bien. Los veo predispuestos a trabajar, a querer aprender rápido todo el sistema del entrenador. Creo que más pronto que tarde se van a adaptar todos los jugadores nuevos bastante bien».

Sastre valora el símil de Ponsarnau de compararlos con el cuerpo de bomberos, ante una temporada en la que habrá que estar preparados para todo, pero eso sí, sin gastar energía pensando en el futuro: «Me parece un buen ejemplo. Hay que intentar pensar lo menos posible en lo que pueda pasar en el futuro. Si jugaremos, si no. Hay que intentar evadirse un poco de todo esto y pensar en el día a día. Trabajar sin mirar más allá. Hoy toca esto, pues esto. Y ya iremos viendo. Pensar cosas de que puede pasar y que no al final no sirve de nada porque nadie lo sabe. Así que lo mejor es estar centrado en tu día a día y ya veremos qué pasa».

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