A nadie escapa que la contratación de Nikola Kalinic este verano fue todo un golpe de efecto del Valencia Basket. Un fichaje estrella que está llamando la atención desde el primer día. Procedente del Fenerbahce, con el que ganó la Euroliga en 2017, el ala-pívot serbio aterrizó en València con la misión de facilitar un necesario salto de calidad esta temporada. Pocos, sin embargo, pensaban que su impacto en el juego iba a ser tan inmediato y a la vez tan visible cuando en lugar de grandes números estadísticos hablamos de intangibles.

«Estoy contento haciendo las cosas que no se reflejan en las estadísticas. Esto es baloncesto, no hay ataque sin defensa ni defensa sin ataque. Puede que con mi energía esté liderando la defensa, pero al final es importante meter más puntos que el rival», señaló el jugador balcánico, para el que durante la temporada «al final lo único que importa es eso, tenemos que buscar la forma de hacerlo con los jugadores y el estilo que tenemos».

Un estilo en el que su presencia en la pista está siendo fundamental. Y es que su puesta en escena en los tres encuentros de pretemporada disputados hasta el momento por el conjunto de Jaume Ponsarnau no ha dejado a nadie indiferente. Y menos a los aficionados, especialmente receptivos con esos jugadores que se dejan el ‘alma’ y hasta la última gota de sudor sobre la pista. Eso precisamente es lo que está demostrando el de Subotica, que si bien posee un talento ofensivo de sello balcánico fuera de toda duda, está marcando la diferencia con su excepcional trabajo en defensa.

Un trabajo ingrato y oscuro para muchos pero al que está sabiendo dar luz de manera brillante. Tanto, que a sus compañeros no les ha quedado otra que elevar el listón y apretar el acelerador para seguirle cada vez que está en pista. Todo un ejemplo de liderazgo silencioso basado en un comportamiento y actitud ejemplar. También fuera de la cancha.

«Cada vez que salto a la pista trato de ser el líder aportando mi energía, no solo en defensa, también en ataque si hace falta. Siempre intento darle motivación al equipo, retarles a que suban el nivel defensivo. Creo que si conseguimos mantener esto durante toda la temporada va a ser bueno para nosotros como equipo», confirmó Kalinic.

Lo cierto es que en el club están tan sorprendidos como encantados con su implicación, pero más aún con su rápida adaptación al equipo, al vestuario y a la ciudad. Su incidencia positiva en el grupo es una de las claves de las grandes sensaciones que está transmitiendo el Valencia Basket en esta pretemporada, donde continúa invicto tras los encuentros ante Joventut, Unicaja y UCAM Murcia.

«Estamos mejorando día a día, trabajando duro. Conociéndonos un poco mejor cada día que pasa. Creo que nuestro juego también está mejorando cada día. Nuestros partidos de pretemporada han sido buenos hasta el momento, creo que incluso un poco mejores de lo que esperábamos», admitió el serbio. Sin embargo, lejos de conformarse, advierte que «ahora es el momento de seguir trabajando, seguir construyendo, de seguir mejorando día a día. Y ojalá tengamos salud todo el año y podemos tener una buena temporada».

Colonia, sede de la Final Four

Y qué mejor temporada que estar presente en la Final Four de la Euroliga. Un sueño para el equipo taronja que, como desveló ayer la organización, se disputará en Colonia (Alemania). Allí precisamente debía haberse jugado ya la primavera pasada, lo que no fue posible debido a la pandemia del coronavirus.

Las dos semifinales y la final se jugarán entre el 28 y el 30 de mayo en el Lanxess Arena. El presidente de la Euroliga, Jordi Bertomeu, dijo que el hecho de que se juegue en una ciudad que no tiene equipo en la competición muestra el esfuerzo que se hace en atraer nuevos seguidores. Colonia será la cuarta sede que no tiene un club en la Euroliga - Alemania está representada por el Alba Berlín y el Bayern Múnich-. Además será la segunda ciudad alemana en acoger la Final a Cuatro después de Berlín que fue sede en 2009 y 2016.