La expectación era máxima para ver al nuevo Valencia Basket de Rubén Burgos. Los fichajes invitan a pensar en títulos y el primero de ellos entraba en juego este fin de semana con la Supercopa Femenina Endesa. Pero en un partido que fue de más a menos para las taronja, la final se escapó en la prórroga ante un Lointek Gernika liderado por la extaronja Rosó Buch, autora de 20 puntos.

Y eso que el partido no pudo empezar mejor. No tardaron las taronja en demostrar de lo que son capaces, con unos primeros cinco minutos espectaculares en los que lograron un parcial de 0-14, con puntos para las cinco jugadoras del quinteto inicial: Ouvina, Casas, Juskaite, Carrera y Gil.

Pero cuando todo pintaba de cara, el Valencia Basket se vio obligado a poner de nuevo los pies en la tierra. Un tiempo muerto de Mario López cambió por completo la dinámica del partido y tras una primera canasta de la extaronja Rosó Buch, el equipo vasco devolvió un parcial de 13-0 que, sumado al triple sobre la bocina de Ivanovic, les permitió acabar el primer cuarto un punto arriba (16-15) ante un Valencia Basket en el que Burgos dio minutos a las tres bases en los primeros diez minutos.

La inspiración de Celeste Trahan-Davis permitió a las taronja tomar de nuevo el mando del partido en el segundo cuarto, aunque no le duró mucho. Una imparable Roundtree castigaba una y otra vez el aro taronja y las ventajas en el marcador se alternaban para uno y otro lado constantemente.

Una igualdad que se tradujo en el 27-27 con el que se llegó al descanso, aunque con mal sabor de boca para las de Burgos, ya que Raquel Carrera se torció el tobillo izquierdo en una acción fortuita y tuvo que ser retirada con preocupantes gestos de dolor y entre los aplausos de los presentes.

El técnico taronja movió un poco el banquillo para dar entrada a Rebecca Allen y a Trahan-Davis en el quinteto inicial de la segunda parte. Y la australiana no tardó en responder, con su primer triple del partido.

La intensidad era máxima en ambos equipos y se mantuvo hasta los últimos 10 minutos pese al acierto de Rosó Buch en el tiro exterior, con dos triples consecutivos que pudieron romper el partido de no ser por la garra de Laura Gil y la facilidad anotadora de Trahan-Davis.

La interior murciana, con dos canastas consecutivas al inicio del último cuarto, abría una pequeña brecha favorable a las taronja (42-47), que se encargó de afianzar Rebecca Allen con otros cinco puntos consecutivos. Pero Ivanovic, Bjorklund y de nuevo Rosó Buch, la mejor del equipo rival, metieron al Gernika en el partido, con un ajustado 53-54 a falta de un minuto para el final.

Ouviña asistió a Laura Gil para coger aire (53-56), pero Nogaye volvió a anotar tras un tiempo muerto y puso de nuevo el marcador en un ajustado 55-56.

El Valencia Basket tenía la última posesión, pero un mal tiro de Rebecca Allen y los pasos de Trahan-Davis tras el rebote dieron vida al rival, con posesión y un punto abajo a falta de diez segundos. Las de Burgos aún podían hacer dos faltas para intentar que pasar el tiempo y dejar sin opciones al rival, pero Allen cometió una tercera casi sobre la bocina y Bjorklund tuvo dos tiros libres para ganar el partido. Metió el primero, pero falló el segundo, llevando el partido a la prórroga (56-56).

Prórroga

El Valencia Basket tuvo el partido en la mano, pero también pudo perderlo al final. Había que reponerse en la prórroga y respondieron a cada acción local de la mano de Queralt, Ouvina y Laura Gil. Pero la inspiración de la extaronja Rosó Buch y de Bjorklund pusieron el marcador en 66-62 a falta de 1:46, con todo a favor para el equipo vasco.

Laura Gil, la máxima anotadora taronja (14 puntos) falló un tiro, el Gernika forzó una falta tras apurar posesión y Roundtree metió los dos tiros libres (68-62) a falta de poco más de un minuto.

Las de Burgos fallaron en el siguiente ataque y el marcador ya no se movió. La final se escapó, pero el Valencia Basket demostró el potencial que tiene una plantilla que debe de seguir luchando por títulos a lo largo de la temporada y que aún se reforzará más con la llegada de Marie Gülich y la recuperación de María Pina.