Tiempo, eso solicitó Jaume Ponsarnau tras la inesperada derrota en el Municipal de San Pablo de Sevilla. Y es que lejos de despejar dudas, el encuentro ante el Coosur Real Betis vino a confirmar que todavía queda mucho trabajo por delante si realmente se quiere aspirar a hacer cosas importantes en la presente temporada.

«Soy consciente de lo que hay. Hay que mejorar, pero tenemos materia prima para hacer las cosas bien. Necesitamos tiempo, espero que sea el mínimo, señaló el técnico de Tàrrega apenas unos minutos después de cosechar su segunda derrota del curso en la Liga Endesa. Y es que más que el resultado, preocupan las sensaciones. Y todo tras una pretemporada en la que el equipo sorprendió precisamente por todo lo contrario, por su buen rendimiento dentro de la pista y la facilidad con la que parecían estar llegando los automatismos.

Algo que cambió radicalmente ya con el primer encuentro oficial disputado en el Buesa Arena. Allí, aunque con más seriedad y rigor sobre la cancha, el Valencia Basket ya acusó una importante falta de dinamismo en el juego. Ayudó un 43% de acierto en el triple, con 12/28, lo mismo que ante el MoraBanc Andorra en La Fonteta, con un 50% (12/24), en un encuentro con mejores sensaciones y que hacían presagiar una trayectoria ascendente para el equipo.

Pero nada más lejos de la realidad. Los tres últimos encuentros ante Baxi Manresa, ASVEL Villeurbanne y Coosur Real Betis no han hecho más que aumentar la incertidumbre y las dudas sobre el rendimiento del equipo. Algo a lo que ha contribuido enormemente una falta de puntería exterior. «Claramente el acierto ha desequilibrado el partido» subrayaba Ponsarnau tras este último encuentro. «Con un 23% en triples, un mal porcentaje, es complicado», destacaba. Y es que ahí radica una de las grandes claves para explicar lo que le está sucediendo al Valencia Basket.

La falta de puntería exterior se está convirtiendo en un grave problema, y no sólo por los puntos que se dejan de anotar en situaciones relativamente propicias, sino porque acaba mermando la confianza del grupo aún cuando el trabajo haya sido bueno. Estos tres últimos encuentros, afortunadamente dos saldados con sufridas victorias, son el mejor ejemplo. En total 14 triples de 66 intentos, o lo que es lo mismo, un alarmante 21,2% de acierto -5/20 (25%) ante Manresa, 3/20 (15%) ante ASVEL y 6/26 (23%) ante el Betis-.

Jugador por jugador tienen mucho que mejorar desde el 6,75 en lo que llevamos de curso hombres como Vives con un 2/12 (16,6%) en los cinco encuentros oficiales disputados, al igual que Hermannsson 2/10 (20%), Labeyrie 1/5 (20%), San Emeterio 1/5 (20%) o Williams 2/9 (22,2%). El mejor en este aspecto es Sam Van Rossom con 6/13 (46,1%), seguido por Kalinic 4/9 (44,4%), Mike Tobey 3/7(42,8%), Prepelic 9/24 (37,5%) o Dubljevic 5/14 (35,7%).

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