El Valencia Basket de las dos caras se volvió a mostrar en su partido de Euroliga ante el Barça. Pero si hasta la fecha había mostrado su mejor versión en la Euroliga y más irregularidad en la Liga Endesa, ayer se vieron esas dos caras en un mismo partido, con una primera parte de más intensidad y concentración y una segunda en la que se sumaron la falta de acierto en el tiro y la menor intensidad defensiva.

Sin Nikola Mirotic en pista por su positivo por coronavirus, los fantasmas de la última visita del Barcelona a la Fonteta en la Euroliga desaparecían, tras aquella decisiva canasta del hispano-montenegrino sobre la bocina.

En su ausencia, Roland Smits fue quien mantuvo a los de Jasikevicius en una primera parte en la que el Valencia Basket fue casi siempre por delante en el marcador, con la inspiración de Bojan Dubljevic (con 9 puntos en poco más de cinco minutos) y el acierto de Derrick Williams y Klemen Prepelic.

Solo Calathes y Higgins ayudaban al letón en la faceta anotadora, mientras Brandon Davies pasaba casi desapercibido tras irse al banquillo antes de los tres minutos con dos faltas personales y perdiendo su duelo con Dubljevic.

Abrines, con un triple, empató el partido al inicio del segundo cuarto (19-19), pero no cambió el ritmo de un duelo que dominaba el Valencia Basket a pesar de no poder poner tierra de por medio. Dos triples de San Emeterio y Labeyrie daban la máxima ventaja del partido para los taronja (27-21), pero de nuevo Calathes y Smits mantenían a tiro a los suyos a pesar de las múltiples pérdidas de los visitantes, para desesperación de Jasikevicius.

Con 35-32 y con los primeros minutos de la temporada para Vanja Marinkovic (tras superar su lumbalgia), se llegaba al descanso en una Fonteta con 400 espectadores, que tenía ganas de pasar página a la última derrota liguera ante el Unicaja y de mantener el pleno de victorias en la Euroliga tras el reciente recital ante el Real Madrid en el Wizink Center.

Más complicado se presentó el tercer cuarto desde el inicio, sobre todo por la inspiración de un Calathes que compensaba la falta de acierto y concentración de su equipo. Vives, con un triple, Kalinic, Dubljevic y un espectacular mate de Derrick Williams mantenían a los taronja en el partido, pero un parcial de 0-9 para los visitantes con cinco puntos de Abrines y canastas de Smits y Claver obligaban a Ponsarnau a pedir un tiempo muerto con un inquietante 44-52 en el marcador, a solo 59 segundos del final de cuarto.

La reacción no llegó y el extaronja Oriola abrió aún más la brecha para llegar a los últimos diez minutos con diez puntos de desventaja (44-54).

El Valencia Basket necesitaba puntos urgentemente y Ponsarnau apostó por Van Rossom, Marinkovic, San Emeterio, Labeyrie y Tobey para intentar dar la vuelta al marcador en el último cuarto. Pero en un visto y no visto, los errores en ataque y la falta de intensidad defensiva se tradujeron en cinco puntos más de desventaja (44-59) que obligaron a pedir un nuevo tiempo muerto.

El Valencia Basket estaba contra las cuerdas, pero quedaba tiempo y la esperanza volvió con una canasta de Van Rossom y un triple desde 8 metros de Marinkovic. Dubljevic reducía aún más la diferencia (51-59) y Van Rossom de nuevo respondía a la canasta de Calathes (53-61). Los taronja creían en la remontada y se notó en la intensidad defensiva y en la lucha por cada rebote. Eso sí, los porcentajes de tiro no acompañaban y un 2+1 de Brandon Davies ensombrecía aún más el partido.

Pero cuando todo parecía partido, los errores de los azulgrana y dos triples consecutivos de Kalinic permitieron creer en el milagro (60-66) a falta de 2:32.

El Barcelona seguía fallando, pero lograba segundas oportunidades. Y llegó la cuarta falta de los locales, muy protestada por el banquillo taronja y que acabó con antideportivo de Hemannsson. Higgins solo metió uno de sus tres tiros, Davis falló después ante Dubljevic y Prepelic forzó una falta rápida que dio esperanzas (62-67) a falta de minuto y medio.

Calathes volvía a fallar, Dubljevic tampoco acertó desde el triple y una nueva polémica decisión arbitral por una falta no pitada a Abrines encendió aún más al público y a un equipo taronja que veía cómo se le escapaba el partido a pesar del empuje final de Kalinic. El 66-71 supone la primera derrota taronja en la Euroliga, a la espera de la decisión sobre el partido que no se jugará este jueves contra el Zenit y que se le podría dar por ganado al Valencia Basket. Eso sí, ya sin pleno de victoria en Europa tras la derrota de este martes.