El Valencia Basket volvió a jugar con fuego en la Liga Endesa y, como hace una semana ante el Real Madrid, se quemó de nuevo en La Fonteta. Enfrente un Hereda San Pablo Burgos que supo jugar sus bazas y desde el triple -18 en total- hizo pagar a los taronja su pésima puesta en escena en el partido. Error que se viene repitiendo en las últimas semanas y que ya ha empezado a complicar las opciones de clasificación de cara a la Copa del Rey tras una contundente derrota por 81-99.

Preocupante entrada en el partido del Valencia Basket. Una más en la Liga Endesa y que volvió a resultar letal. Otra primera parte en la que el equipo estuvo muy lejos de su mejor nivel de juego y, lo que es peor, en cuanto actitud. Ya desde el inicio Renfroe y Benite se encargaron de marcar el ritmo sobre la cancha reforzados por la desidia taronja en defensa y los muchos problemas para mover el balón con cierta fluidez. (10-17; min. 5).

No tardó el San Pablo Burgos el abrir brecha en el electrónico, ni tampoco Jaume Ponsarnau en mover el banquillo. La entrada de Dubljevic y Prepelic, sin embargo, apenas varió el curso del choque. De hecho, sólo se notó realmente la incursión de Van Rossom a un juego en el que faltaban ideas y mucha energía (14-24; min. 10).

Con el base belga a los mandos sustancialmente el juego ofensivo del equipo, factor que también parecía que surtía su efecto a la hora de aumentar la confianza para defender (31-38; min. 16). Sólo fue un espejismo. La productividad de un Rivero que campaba a sus anchas y un tiempo muerto de Joan Peñarroya para ajustar sus lineas bastaron para devolver las aguas a su cauce.

Benite desde el triple se convirtió en una pesadilla para cerrar la primera mitad con su equipo 14 puntos arriba (39-53; min. 20). No era casualidad. Con 11/17 en triples (64,7 %) y un Valencia Basket que sólo fue capaz de hacer 5 faltas en los dos primeros cuartos para frenar a su rival (error que no es la primera vez que se produce), el partido exigía de una metamorfosis total en la segunda mitad.

Lejos de eso, la cosa aún fue a peor tras el paso por los vestuarios. El cuadro burgalés, y pese a que los locales subieron su intensidad, siguió haciendo mucho daño desde el 6,75. Tanto, que la renta se disparó hasta los 16 puntos (42-58; min. 24). El Valencia Basket quería, ahora sí, pero no podía. Y tampoco el Hereda San Pablo le dejaba. Un desgaste que, desgraciadamente, sirvió para poco antes de arrancar el último cuarto (60-73; min. 30).

Todo se dejó para la heroica, pero cuando juegas con fuego es fácil que al final te acabes quemando. Ya pasó en la jornada anterior ante el Real Madrid en La Fonteta, y este domingo igual en el mismo escenario. Igual no, todo sea dicho, porque el equipo acabó totalmente desquiciado y fundido sobre la pista. Y además con jugadores como Pradilla o Puerto sin apenas entrar en la rotación para descargar de minutos a los hombres más castigados en los últimos encuentros cuando a falta de cinco minutos el equipo iba 21 puntos abajo. Incomprensible.