No falló. El Valencia Basket, pese a las numerosas lagunas de un juego que no termina de convencer en la Liga Endesa, mantiene intactas sus opciones de clasificación para la Copa del Rey tras vencer a domicilio este domingo en la pista del Movistar Estudiantes por 81-86. Triunfo muy sufrido en el que, pese a ir siempre por detrás en el marcador hasta el minuto 33, los de Ponsarnau supieron sacar el orgullo y la experiencia para dar la vuelta a situación y firmar su tercera victoria consecutiva en la ACB.

Justo es reconocer, no obstante, que el Valencia Basket. Ni siquiera la presencia en el cinco inicial de Louis Labeyrie, que regresaba al equipo tras su lesión, fue capaz de inyectarle al grupo la energía y el empuje necesario para competir ante un Estudiantes que salió dispuesto finiquitar el partido por la vía rápida.

Liderado por un Gentile espectacular en los primeros compases, los locales de adueñaron por completo del ritmo del juego y del partido. Cierto es que la incomparecencia taronja ayudó en gran medida a lograr estos objetivos. Ni en ataque ni en defensa, el Valencia Basket no estaba y ni siquiera las rotaciones con la entrada de hombres como Hermannsson brillante el jueves ante el EfesHermannsson, Williams o Tobey logró cambiar la decoración (27-13; min. 9).

De hecho Williams, muy desacertado durante sus minutos en pista, no tardaría en regresar al banquillo. Aún así, y más con defensa que cualquier otra cosa, un parcial de 2-8 logró devolver la esperanza a los de Jaume Ponsarnau (29-21; min. 14). El juego seguía dejando mucho que desear, pero los fogonazos de Hermannsson y los errores colegiales lograron mantener vivo al Valencia Basket al descanso (40-34; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios nada pareció haber cambiado. El choque seguía bajo la batuta del Estudiantes, que en un abrir y cerrar de ojos volvió a abrir hueco en el electrónico (47-34; min. 22). Tuvo que ser el orgullo y el acierto de los dos capitanes, Van Rossom y Dubljevic quienes, con 14 puntos consecutivos entre ambos, pusieran el partido en un puño y sembraran las primeras dudas en el cuadro madrileño (52-51; min. 26). Lo tuvieron los de La Fonteta para sellar la remontada antes del último cuarto, pero varios errores consecutivos en ataque permitieron al equipo de Javier Zamora no sólo mantenerse por delante, sino recuperar parte de la renta perdida (61-55; min. 30).

El partido continuaba cuesta arriba, con los valencianos a remolque desde el salto inicial. Así hasta el minuto 33, cuando tras dos buenas acciones de Derrick Williams los taronja lograron por fin ponerse por primera vez en el partido por delante (64-65). La cara del Valencia Basket había comenzado a cambiar, al menos en cuanto a solidez y consistencia. Argumentos que junto a un enorme Bojan Dubljevic, resultaron suficientes para, no sin sufrimiento y mucho oficio, acabar sellando un triunfo clave de cara a la clasificación para la Copa del Rey.

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