La Liga Endesa marcará el futuro de Ponsarnau

Llegados a este punto de la temporada, y ya con el nuevo proyecto llamando a la puerta, una de las primeras decisiones que deberá tomar el Valencia Basket de cara al nuevo curso será la continuidad o no de Jaume Ponsarnau al frente del banquillo. En verano de 2015 la entidad taronja decidió firmar a su entrenador principal año a año y, al final de la temporada, tomar la decisión de prorrogar o no ese contrato. Y eso es exactamente lo que va a suceder dentro de algunas semanas. Ni más ni menos.

Una decisión que se toma en función de los objetivos conseguidos, pero en la que también se valorará el rendimiento del equipo dentro de unas circunstancias concretas, así como el trabajo realizado durante el curso.

En este sentido, con los datos en la mano, lo cierto es que el principal objetivo de la temporada marcado por el club no se ha cumplido. Este no era otro que acabar dentro del Top-8 de la Euroliga y, de esta manera, asegurarse el billete para la próxima edición del máximo torneo continental. Un mensaje repetido y repetido por todos en el Valencia Basket desde que arrancó la pretemporada y que, a juicio del preparador de Tárrega, ha resultado contraproducente para un equipo con un potencial limitado.

«Un gran enemigo que hemos tenido han sido las expectativas, que todos hemos alimentado, yo el primero. Pero las expectativas estaban por encima de nuestras capacidades», señaló tras finalizar la fase regular. «Hemos tenido muchos muy buenos jugadores pero en la exigencia física de martes-viernes-domingo nos ha faltado energía y calidad en ciertos momentos. Hubiera sido más fácil de afrontar desde el deseo y no desde la obligación, pero seguro que la próxima vez lo haremos mejor aunque sea desde la obligación», subrayó el preparador taronja.

Palabras, cuanto menos, sorprendentes teniendo en cuenta que el equipo se quedó a un triunfo del sexto clasificado y que a tres jornadas del final dependía de sí mismo para meterse en los playoffs. Ese partido en La Fonteta, ante un Olympiacos que no se jugaba nada, acabó resultando fatal de cara a la clasificación. Un error clave que, sin entrar en el debate de la forma en que se produjo, tampoco puede empañar el buen balance del equipo valenciano en la competición.

Y es que 19 victorias y 15 derrotas no están al alcance de cualquiera, y ese es un dato que desde la entidad también se valora aún cuando el próximo curso el proyecto se vea abocado a la Eurocup. No queda otra pues aunque aún quedan dos invitaciones por asignar para la Euroliga, la normativa aprobada en 2019 da prioridad al campeón de la liga Adriática para una de ellas y todo apunta a que la otra será para el Zenit San Petersburgo. El equipo, precisamente, que le dejó fuera del Top-8, y que además comparte patrocinador con el torneo. Es más, el consejero delegado de la Euroliga, Jordi Bertomeu, recordó hace unos días que la puerta de entrada a la Euroliga de los equipos de Francia, España, Alemania, Italia, Grecia y Turquía es la Eurocup, desde la que el Valencia Basket se ha clasificado en casi todas sus participaciones.

Una competición que presentará importantes novedades a partir de la próxima campaña y a la cual habrá que adaptar el proyecto. Comenzando por un entrenador que ya sabe lo que es ganarla con el Valencia Basket en 2019. Su continuidad, en este sentido, va a depender de lo que suceda estas próximas semanas en la Liga Endesa, dónde el equipo marcha actualmente sexto clasificado.

Teniendo en cuenta que en las seis jornadas que restan de la fase regular la opción de ser cabeza de serie resulta casi imposible, el objetivo pasa por disputarle la quinta plaza al Hereda San Pablo Burgos. Tanto en una u otra posición el rival en cuartos de los playoffs sería el Lenovo Tenerife, que ahora es tercero, o el TD Systems Baskonia , que marcha cuarto. En caso de superar esa ronda, en unas hipotéticas semifinales hablaríamos ya del Real Madrid o el Barça. Camino hacía la final, por tanto, complicado y de dónde saldrá la decisión definitiva sobre la renovación de Jaume Ponsarnau.

Pero no sólo sobre el técnico debe decidir el Valencia Basket. También sobre los cambios que a buen seguro se van a producir en una plantilla que, en muchos de los casos, tiene ya las notas puestas. Con contrato en vigor, y como base del futuro proyecto, estarán el capitán Bojan Dubljevic junto a Klemen Prepelic, Mike Tobey, Louis Labeyrie, Martin Herrmannsson, Jaime Pradilla y Josep Puerto. Acaban contrato pero tienen estipulada opción de un año más Sam Van Rosssom, Fernando San Emeterio y Guillem Vives. Por último, terminan su vinculación Joan Sastre, Vanja Marinkovic, Derrick Williams y Nikola Kalinic.

En este sentido, el caso del serbio es el más claro -junto al de Van Rossom- y a la vez el más complejo. Su rendimiento hace que no haya ninguna duda acerca de las intenciones del club sobre la continuidad de ambos, aunque en el caso de Kalinic resultará más que complicado. Sin Euroliga de por medio y con su cartel en Europa todo apunta hacía su salida el próximo 30 de junio.

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