Tras tocar "fondo" en verano, la jugadora catalana vuelve a "ser feliz" en la pista | QUERALT CASAS Segunda capitana del Valencia Basket

"Nos enfrentamos a las mejores del mundo, es una final para luchar y disfrutar"

Casas, una de las grandes jugadoras nacionales, habla de todo con SUPER: la final, el estrés de los últimos meses, su estancia en València, su carrera o la igualdad en el deporte

Queralt Casas, la escolta de 28 años del Valencia Basket

Queralt Casas, la escolta de 28 años del Valencia Basket / Francisco Calabuig

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

Queralt Casas Carreras (Bescanó, Girona. 18/11/1992) se expresa con la misma velocidad y firmeza con la que penetra a canasta. Una garantía, sin duda, de que cada palabra que expresa la escolta del Valencia Basket nace de dentro. Del mismo corazón, el que esta noche pondrá en cada jugada para ayudar al equipo a hacer posible lo imposible: vencer al Ekaterimburgo. «Son las mejores de Europa y del mundo», repite varias veces la internacional.

¿Cómo se encuentra después de aquel golpetazo en el muslo frente al Bembibre?

No me esperaba jugar tan pronto, salí muy coja sin poder apoyar la pierna. Pude jugar contra el Gernika y el Namur, y estoy bien.

Preparada para la final contra el Ekaterimburgo. Por cierto, todo el mundo dice que este equipo ruso es una maravilla, imposible de ganar.

No van mal encaminados.

Pero se puede, ¿no?

Se puede, ¡cómo no! Es deporte, Un partido, sin olvidarnos de luchar, para disfrutar. Disfrutar nosotras y hacer que el público disfrute. Al final, Ekaterimburgo es el mejor equipo del mundo con las mejores jugadoras del mundo. No están todas, pero aun así con tres van sobradísimas. Si hay una mínima opción, queremos cogerla.

A favor está el ‘factor Fonteta’, la gran plantilla que también tiene el Valencia...

Tenemos muy buena plantilla y esto va a más. Se nota y se sabe, aunque hay que ser realista. Ellas son el mejor equipo del mundo de largo. Siguen siéndolo, pese a que les falten tres o cuatro. Pero debemos intentar que, si pierden un partido, sea el del viernes.

¿Es una motivación más jugar ante el nuevo seleccionador?

No, sinceramente, no lo había pensado hasta este momento.

Bueno, que tome nota de Casas, Ouviña, Carrera, Gil...

Hombre, ya sabe cómo juego, tengo casi 30 -bromea-. De hecho, a Miguel (Méndez) lo tuve en el Rivas. Ni mucho menos, creo que ninguna deberíamos pensar en eso porque al final la presión puede jugar una mala pasada. Es un técnico muy bueno que estará con el rival. Ya he demostrado lo que tenía que demostrar, lo que me motiva es jugar contra jugadoras tan buenas. El entrenador no estará en la pista.

Hablemos de Queralt. Pandemia de por medio, desde su llegada en 2019, ¿cómo se encuentra en València?

¡De maravilla! Muy a gusto. Yo si me retiro aquí lo veo perfecto -sonríe-. València es el sitio donde ir. Tengo amigas por toda Europa de los años que he jugado fuera y todas con las que hablo quieren venir aquí. El club es maravilloso, la ciudad, el país, el clima, la comida... Todo. Además, estoy cerca de casa.

¿Así es cómo lo ‘vende’?

¡Claro! Y enseguida me dicen: ‘Quiero venir’ -ríe-. Les informo de cómo me siento y luego quieren venir. Es un club muy grande y avanza. Firmé por eso y están cumpliendo con su palabra.

Estoy muy a gusto, de maravilla en València. Si me retiro aquí lo veo perfecto

Desde 2014 vivió cinco años lejos de casa. ¿Se considera una trotamundos?

Sí. Para empezar aprendí dos idiomas, inglés y francés. No tenía idea de ninguno de los dos. De por sí, no me hubiera ido a Turquía o Francia, pero a la postre son experiencias que te da el baloncesto. Amistades y aprendizajes. A pesar de que, a veces, se pasan momentos duros, somos afortunadas por podernos dedicar al baloncesto. De los cinco años he aprendido mucho. Por ejemplo, los años de Francia fueron maravillosos deportivamente, hasta hoy han sido los mejores de mi carrera, y fuera de la pista también estuve encantada. En Sopron tuve la oportunidad de jugar la 'Final Four' de la Euroliga. Guardo muy buenos recuerdos.

¿Qué fue lo más difícil?

Fue irme a Turquía con 22 años, tan lejos y tan distinto culturalmente. Era imposible pillar una palabra. No hablaba ni inglés. Gracias a Nuria Martínez no me fui en Navidad y duré toda la temporada. Fue el año más duro, pero en el que más aprendí.

¿Cómo vive la circunstancia de ser la segunda capitana?

Desde el día 1 me siento muy querida por el club. Me da mucha confianza. Esta pretemporada vine muy tocada del verano. He tocado fondo hasta el hecho de venir a entrenar y temblar al pisar la pista. Era horroroso. Estuve hablando con el entrenador y algún directivo y me dijeron que me tomara mi tiempo, me trasmitieron tranquilidad: 'confiamos en ti, sabemos de lo que eres capaz dentro y fuera de la lista... estate para los momentos importantes'. Principalmente, que no me agobiara. Como estaba tan mal mentalmente, yo me ponía más presión para devolver tanta confianza del club. No estoy todavía al 100 %, pero estoy bien, vuelvo a ser feliz y cuando me pongo la camiseta tengo ganas. Estoy contenta por haber salido del pozo.

¿Qué era lo que le agobiaba?

Personalmente, el verano ha sido extremo. No en cuanto a minutos, al final estás entre las 12 mejores del país, cumples el sueño de los Juegos Olímpicos... Pero el día a día de esos dos meses ha sido muy duro. Llegó la pretemporada y no quería jugar, había tocado fondo. Y yo siempre he sido de las que el entrenador ponía 38 minutos y decía: '¿Qué pasa con estos dos minutos? ¡Quiero jugarlos!' Por fin, esto ha pasado ya. Me siento bien, más o menos, al 70 %, vuelvo a estar feliz y disfrutando de jugar, porque llegas tan hondo que luego vuelves a disfrutarlo.

Estás entre las 12 mejores del país, cumples el sueño de los Juegos. Pero el día a día de esos dos meses fue durísimo. Toqué fondo, en pretemporada temblabla al pisar la pista

Es normal. A veces, hay que frenar un poco para impulsarse con más fuerza.

Aparte de que ha sido durísimo, luego no hemos tenido desconexión. Si, por ejemplo, hubiera tenido tres semanas sé que con lo que me quieren y respetan en el Valencia BC habría sido otra cosa, hubiera estado bien. Por suerte en la Supercopa de España ya me sentí bien, aunque luego he tenido los problemas de espalda y hace menos en el cuádriceps. Bueno, que todo esto pase ahora y estemos bien para los momentos importantes de la temporada.

¿Con qué cosas que no son baloncesto le gusta desconectar?

¡Con mi hijo, mi perro! Es mi amor, Me gusta pasear con él, leer, tomar café con mis amigas... El año pasado acabé el ciclo formativo superior de Educación Infantil. Quería hacer cosas fuera del baloncesto, porque no es solo los partidos y entrenarte, al final son 24 horas al día de baloncesto, todo te lo llevas a casa. Yo soy una persona tranquila, al revés que en la pista, donde soy bastante hiperactiva. Puedo pasarme una tarde entera viendo ‘Netflix’ en el sofá, aunque al día siguiente sentiré que he perdido el tiempo. Me encanta el deporte, no solo el baloncesto, que me apasiona verlo, el fútbol, la Champions, el tenis, etc.

¿De qué equipo es en el fútbol?

¡Soy culé! Aunque no estamos en nuestro mejor momento -ríe-. En basket, no tanto porque anteriormente estaba el Akasvayu (Girona) y me tiraba más. Reconozco que me gusta como juega el Madrid y cuando juega en Euroliga suelo verlo, aunque quiero que el título lo levante el Barça, me tiran los colores.

¿Se ve de maestra en un futuro?

Yo quería hacer algo relacionado con el deporte, Fisioterapia o INEF, pero no podía hacerlo a distancia por las muchas prácticas. Aparte, me encantan los niños y me eché para adelante con Educación Infantil. Igual el día de mañana no toco ese ámbito, pero está bien tenerlo ahí como una alternativa, un aprendizaje.

Para ir terminando. En cuestión de igualdad, ¿a qué altura ve al baloncesto?

No nos podemos ‘quejar’, entre comillas, si te comparas con otros deportes. Pero queda mucho camino por recorrer. Mi último año en España antes de irme fue en Rivas (Madrid), y al volver noté mucho cambio con el seguimiento en las redes sociales, los pabellones más llenos. Creo que la Selección ha tenido que ver con ese cambio. Cuando ganas títulos la gente se anima, a raíz de estos éxitos la gente ha empezado a ver más baloncesto femenino. Eso es maravilloso, y que siga creciendo. Pero nos queda, al final la sociedad es así.

¿Qué cree que falta por recorrer en ese camino?

Cuando se habla de los salarios, se dice que si los chicos generan mucho más porque les sigue mucha más gente. Perdona, esto es una rueda. Si salen en la tele en todos los partidos es mucho más fácil enganchar. Si das más visibilidad al deporte femenino, más gente va sabiendo de nosotras y se activa. Yo me encuentro mucha gente en el parque, porque voy muchas veces con la ropa de Valencia Basket, que me para y me dice: 'Nunca en la vida había visto baloncesto femenino, pero fui a veros contra tal equipo y me encantó. Me saqué el abono'. A la gente le gusta, pero hay que aumentar la visibilidad.

Notas cambio en seguimiento en redes y los pabellones más llenos, aun así, queda mucho por recorrer. Hay que aumentar la visibilidad del deporte femenino

En ese sentido, los salarios en el tenis están muy equiparados.

Al final es una rueda, ellas se desgastan igual que ellos, trabajan, se esfuerza, viajan... Mentalmente, igual, hay algo menos de presión por el seguimiento. Pero es durísimo el deporte. Es supermerecido que ganen lo mismo que los chicos.

Por cierto, cuando pasea al perro por el parque, ¿se encuentra mucha gente que le dice lo bien que juegan como equipo?

Sí. Quizá, desde fuera se ve más. Nosotras estamos a los nuestro, al trabajo, queremos ganar y no lo disfrutamos tanto. La gente dice que es muy bonito y muy coral el juego y el ritmo que le ponemos. Es fantástico hacer disfrutar a la gente, en definitiva, los aficionados vienen a eso a poder pasarlo bien en su día libre.

¿Son conscientes de que pronto pueden ser con diferencia el mejor equipo de España?

Cuando firmé venía de jugar la 'Final Four' de Euroliga y no sabía si el equipo estaría o no en EuroCup, pero no dudé en el momento en que me dijeron que estaban interesados, me trasladaron esa ambición de proyecto y han cumplido con la palabra. Además, más rápido de lo que yo esperaba. El club podría traer en un año varias estrellas, pero no, lo hace paso a paso. Que sintamos que lo estamos consiguiendo desde el sacrificio como equipo. Me gusta ese ritmo, por merecimiento deportivo. Es guay. Las jugadoras sabíamos que esto iba a crecer.

¿Cuál es la clave de que jueguen tan bien y tan en equipo? ¿La amistad?

Al final, somos compañeras, todas somos buena gente. Eso es lo importante. Muchas veces vamos a comer juntas por ahí, cosas que hacen equipo. Además, somos casi las mismas del año pasado. Eso es genial, en el inicio de esta temporada no hemos necesitado tiempo de adaptación.