Los especialistas en fútbol brasileño tienen claro su veredicto: Rodrigo Caio puede ser un gran central, pero como centrocampista es un futbolista normal. El paulista está destinado a convertirse en el comodín de Nuno, defensa o pivote. El entrenador portugués decide. En la hoja de ruta aparece maracado en rojo el fichaje de un nuevo centrocampista y eso ofrece una luz lógica sobre su papel futuro. Rodrigo Caio sería el quinto centrocampista con Javi Fuego, Enzo Pérez, Parejo y André Gomes. Es cuestión de números, Nuno siempre quiso armar su medular a partir de cinco elementos, por lo que si hay fichaje, Caio pasaría a ser el sexto mediocentro...y el cuarto central, a la espera de atender el desenlace de Otamendi; la salida del argentino está destinada a brindar un nuevo panorama en la retaguardia.

La marcha de Otamendi dejará al equipo sin uno de sus referentes y a la zaga sin su pilar maestro. Así, quedarían Mustafi, Rúben Vezo y la alternativa de Orban. En este escenario es donde la figura de Rodrigo Caio aumenta su dimensión. Pasaría a competir directamente por la titularidad. Aunque parece lógico pensar que si Otamendi sale se fichará un zaguero de alto nivel y rendimiento garantizado. La secretaría técnica ha trabajado también en esa dirección.

Caio resuelve dos posiciones. Como medio es una pieza de equilibrio y seguridad con balón. Como zaguero añade una característica diferente: claridad en la salida. El brasileño es un jugador fantástico en el juego aéreo. También está por encima de la media en anticipación. Hay más dudas sobre su fuerza y su condición física. La Champions y La Liga no son el Brasileirão.