El motivo por el que Sofiane Feghouli no llegó a tiempo al entrenamiento del Valencia del pasado martes por la mañana fue un billete de ida y vuelta, y no porque se cancelara un vuelo de París -donde se había ido a pasar el día libre del lunes- con destino a Manises. Nunca se canceló ningún vuelo. El problema real fue la reserva de ida y vuelta que el internacional argelino había hecho días antes.

¿Qué pasó? Que por circunstancias finalmente no pudo utilizar esa reserva de ida y viajó a la capital francesa en un vuelo alternativo. Lo que no sabía Soso es que independientemente de la tarifa aplicada, si alguno de los trayectos comprados no se usa, automáticamente se cancelan los trayectos restantes comprendidos en el mismo billete. El jugador pasó su día libre tranquilamente en Francia y no se dio cuenta de que su reserva de vuelta ya no tenía validez hasta que regresó al Aeropuerto de París. Ni tenía billete ni había posibilidad de encontrar otro a esas horas. El jugador avisó al club. Al Valencia no le quedó otra que asumir la equivocación del jugador -no es la primera vez que llega tarde- y esperarlo para el entrenamiento de la tarde.