"He tenido la fortuna de compartir vestuario con algunos de los mejores futbolistas italianos. He jugado con Zoff, Gentile, Tardelli, Paolo Rossi, Platini... Todos fueron grandísimas figuras, pero Cabrini siempre tuvo mi admiración. Coincidimos muy jóvenes en el Cremonese e hicimos una vida casi familiar desde siempre". Cesare Prandelli recordó su etapa como futbolista en su visita a SUPERSUPER. Su faceta como centrocampista es menos conocida, pero resulta imprescindible para entender su personalidad como entrenador. Nacido en Orzinuovi (Brescia), comenzó en el modesto Cremonese, en el tercer nivel del Calcio, donde irrumpió con 17 años. Moldeado en el bronce, consiguió un ascenso a la segunda división y después de una estoica temporada en la Serie B pasó al Atalanta de Bergamo, todavía con 21 años. Su estreno en la elite fue potente y el salto a la gigantesca Juventus de Trapattoni y Platini llegó sólo un año después. En la Vecchia Signora lo ganó todo, dentro de un ciclo histórico y un grupo de futbolistas memorables. Su nombre no suena entre los mitos blanquinegros porque fue una especie de jugador número 12-13 en una época en la que no se estilaban las rotaciones y tampoco los cambios.

"Era considerado un jolly (comodín) y muchos entrenadores me querían en aquella época por esta característica. No llegué a ser portero... pero jugué de casi todo. Esa característica también despersonalizaba, al final ya no sabía si era centrocampista, defensa o líbero", recordó Prandelli. Cesare formó parte de la Juve entre 1979 y 1985, seis temporadas antes de regresar al Atalanta, para jugar otro lustro antes de que una lesión anticipase su retirada, con 32 años, y lanzase de inmediato su carrera de entrenador en la célebre cantera del club bergamasco.

El equilibrio de Trapattoni

Battista Rota (lanzó a Prandelli en el Cremonese y lo fichó para el Atalanta), Stefano Angeleri, Guido Settembrino, Nedo Sonetti, Giovanni Trapattoni... Emiliano Mondonico fue su último entrenador. Es curioso como influencias de todo tipo se mezclan en el trayecto del técnico valencianista, algunas de marcado carácter defensivo como Rota. Para su formación de entrenador le vino perfecto estar en la Juventus de Trapattoni. En ese equipo no era titular casi nunca y las charlas, en las que el míster se acercaba al vestuario y explicaba a los menos habituales su importancia dentro del equipo, desarrollaron su facilidad para conectar con el vestuario. El carácter ganador de ese bloque, la importancia del equilibrio y la armonía, la sustancia del trabajo físico y la organización se sienten en su visión. Prandelli ha desarrollado su propia personalidad, pero fue amamantado a través de un modelo muy italiano. Prandelli fue un centrocampista defensivo capaz de cubrir cualquier baja en la defensa, mediocentro clase media dentro de un vestuario con estrellas como Zoff, Gentile, Scirea, Cabrini, Tardelli, Causio, Furino, Bettega o Paolo Rossi; muchos campeones del mundo con Italia en España 1982. Había grandes personalidades y mucho ego, amigos verdaderos y rivales serios, pero entendió que la estabilidad, el respeto y el orden dentro del vestuario es clave.

El sello de Zingonia

Con las rodillas castigadas, Prandelli colgó las botas en plena madurez (32 años), tras sufrir una última lesión. Quería volver a casa para "enseñar fútbol a los niños" en el Orceana, el equipo de Orzinuovi desde el cual saltó al Cremonese. El presidente Bortolotti, patrón del Atalanta (conciente de su sensibilidad futbolística y su capacidad para 'educar') le brindó la oportunidad de comenzar en las categorías inferiores del club, célebre por captar, formar y apostar por los jóvenes, por la cantera que tiene en Zingonia y por el descubridor de talentos Mino Favini. En 1993, Prandelli conquistó para el Atalanta su primer Scudetto con el Primavera (Juvenil/ filial) y el prestigioso torneo de Viareggio, en un equipo con talentos como Alessio Tacchinardi o Domenico Morfeo.

¿Claudio Prandelli? Durante casi toda su carrera, Cesare Prandelli apareció en las colecciones de cromos como Claudio Prandelli. Cesare le viene por su abuelo, fue el nombre impuesto por tradición familiar. Sin embargo, a su padre no le gustaba. Tanto, que en la oficina de registro, a la hora de inscribirlo, añadió un Claudio por delante. Ese primer nombre nunca fue utilizado. Para todos fue y es Cesare... menos en los cromos, que disciplinadamente lo llamaron Claudio durante toda su carrera de futbolista. Como entrenador, comenzó como Claudio Cesare, hasta que el nombre compuesto se dejó de utilizar en 2008, cuando 'Panini' apostó por el cambio durante su penúltima temporada en la Fiore. En el bar del pueblo (Orzinuovi) siempre le llamaban 'Spuma', como su abuelo, que tenía una pequeña fábrica de bebidas.