Albert Celades es consciente de las erratas. El partido ante el Leganés estuvo lejos de cualquier ideal, otra cuestión es desintegrar todo lo vivido ante el Chelsea, como si el triunfo en Stamford Bridge no tuviese ningún valor. El domingo también advirtió cuestiones positivas desde las que construir. El entrenador entiende la preocupación del aficionado y es consciente de que el crédito está sujeto al resultado inmediato. No le queda otra y lo tiene difícil, pero la realidad no le impide realizar apuestas y tantear soluciones propias dentro de la base heredada. En esa dirección, Celades terminó muy satisfecho con la aportación de Kang In y Ferran Torres. No es una postura ficticia. Su aparición durante la segunda parte fue lo mejor. Los dos canteranos entraron desde el banquillo y ofrecieron argumentos para potenciar la confianza en ellos o multiplicar su protagonismo próximamente.

Celades dio continuidad al once titular de Londres con un único cambio, Maxi por Gameiro. De inicio, Rodrigo en punta, liberado a la hora de defender dibujando un 4-4-2 y volcado en la derecha con forma de 4-3-3 cuando llega el turno de atacar, con Francis Coquelin como guardaespaldas y Daniel Wass a todo carril. Repetir tenía sentido con la intención de establecer una primera base, pero lo que funcionó ante el Chelsea no tuvo el mismo efecto ante el Leganés. Es una evidencia. Faltó fluidez y creatividad, sobre todo, por el candado del Leganés. Mauricio Pellegrino planteó un partido bastante más cerrado que Lampard. A partir de ahí se vieron carencias que el Valencia arrastra desde las dos últimas temporadas, con una diferencia determinante: el proyecto ha sufrido un vuelco total.

El surcoreano sigue subiendo

La energía nueva de Kang In y Ferran generó cierta efervescencia dentro del tono plomizo y la sensación de asfixia provocada por la temperatura (16:00 horas, última tarde de verano en València) y por el despliegue ante el Chelsea. El surcoreano repitió en la rueda de cambios como una de las primeras opciones de Celades; tuvo media hora. Una asistencia de remate producida y 13 aciertos en 14 pases. Kang In ha participado siempre desde el cambalache en el banquillo. Celades buscaba una acción creativa distinta, un disparo... que no llegó.

Ferran fue la solución de emergencia. El extremo entró a falta de seis minutos para el 90 -por Coquelin- y desde la banda derecha estuvo cerca de ganar el partido. No tuvo margen, pero una de sus internadas terminó con una asistencia precisa a la zona del nueve... que Rodrigo no llegó a conectar por uno de esos accidentes que el fútbol consagra en contra de la -buena- suerte. El extremo estuvo cerca de marcar el desenlace del partido; ofreció ese último pase que durante tantos minutos se le negó al Valencia CF. Ferran volvió a reivindicar el provecho de su especialidad. Celades no subrayó la importancia de esa jugada por casualidad. El entrenador no utilizó a Kevin Gameiro y tampoco a Cheryshev. Prefirió a Kang In y a Ferran para terminar con el tapón del Leganés. El envite tuvo que ver con la capacidad. El motivo es la confianza. No hay una orden impuesta y sí un cambio de sensibilidad evidente... que sostiene y protege el discurso del club.