La afición del Valencia CF inundó la Avenida de Suecia desde las siete de la tarde para recibir al autobús del equipo. El valencianismo no quiso dejar solo a sus jugadores y acudió en masa a las inmediaciones de Mestalla para dar el último aliento a los jugadores antes de jugar a puerta cerrada la vuelta de los octavos de final de la Champions contra la Atalanta. El valencianismo intentó marcar el primer gol de la remontada a grito de "¡Vamos a pasar, vamos a pasar, vamos a pasar"!, "¡Sí se puede, sí se puede!" y "!Valencia, échale huevos!".

Así ha sido la llegada del autobús de la Atalanta

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La afición se acordó de la falta de respeto del Papu Gómez a su llegada al aeropuerto de Manises y desplegó todo su repertorio de cánticos algunos dedicados a la propiedad. El «¡Peter, vete ya!" y el "¡Anil, canalla fuera de Mestalla" se escucharon antes del partido. Tampoco faltaron las bufandas, banderas y camisetas del Valencia. La gente, la mayoría joven, se tomó el partido como si fuera uno más. Solo las catorce taquillas vacías del estadio recordaban que el partido se jugaba a puerta cerrada. Algunos le pusieron humor a la noche y bromearon con la policía: "Vendo entradas a un euro". Era reir por no llorar. Los octavos de la Champions volvían a Mestalla siete años después y las puertas del campo estaban cerradas.

Solo la puerta 3 permanecía abierta para el personal autorizado. No faltó la interpretación del himno regional y cánticos coreando el nombre de Parejo. La afición quiso agradecer publicamente al capitán sus palabras del domingo en las redes sociales. 19.25. El primer autobús en llegar al estadio fue el de los italianos. La pitada fue descomunal. Los de Gasperini fueron recibidos a grito de "¡A por ellos, a por ellos!".

Hasta se adaptó un famoso cántico contra el Sevilla para la Atalanta. La explosión llegó a las 19.35 cuando el autobús del Valencia entró por la Avenida de Suecia. La afición recibió al equipo a grito de "¡Sí se puede!" con bufandas al viento y belgalas. Lo último supuso la detención de algunos aficionados del Valencia. En el momento que la policía deshizo el cordón policial, el valencianismo tomó la calle para seguir animando. Europa fue testigo de la grandeza de la afición del Valencia. Era el turno de los jugadores.

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