Las expectativas, el intercambio con Neto, la sombra del brasileño, la endeblez evidente en el mano a mano con Jaume Domènech, las sensaciones, los números, los problemas físicos, el nivel defensivo global... Por muchos motivos, el impacto de Jasper Cillessen ha estado lejos de lo esperado. Su temporada no es de suspenso, pero la evaluación deja su rendimiento en el terreno de la indefinición. Al nimegués le alcanza para un bien, pero se esperaba un notable, como mínimo. El problema es que -por cualidades, por madurez y por trayectoria- no ha estado a la altura de lo planeado. Tampoco por inversión, que tiene un peso decisivo en el balance. La coctelera estadística posiciona a Cillessen por debajo de Domènech, más allá de la distancia patente entre los dos en casi todo lo que no se puede cuantificar. El teórico suplente ha estado mejor que el titular. Esa es una de las claves. Los datos ubican la portería del Valencia CF a la altura de la clasificación del equipo en LaLiga; entre el quinto y el séptimo. No es un drama, pero la competencia 2018/19 entre Neto-Jaume transmitía una fuerza que se ha perdido.

Cualquier valoración es incompleta si el análisis de datos no se mezcla con la lectura del juego o deja al margen la personalidad del futbolista. El contexto no ha ayudado a casi nadie. El foco siempre queda sobre la retaguardia y el portero, pero el Valencia CF tiene un problema evidente en defensa, con responsabilidades repartidas por todo el sistema. La media de disparos y -sobre todo- de goles encajados por partido (1,44) subraya el desequilibrio que está lastrando al equipo: el Valencia está obligado a hacer dos goles para ganar. Así es difícil competir. A nivel individual la lectura es interesante: se puede mejorar, pero no es tan fácil. Así lo dicen los números.

Porcentaje de tiros parados

Porcentaje de tiros paradosEn porcentaje de paradas, Cillessen y Jaume están por encima del 70%. Con sus defectos y sus virtudes, la proporción es decente. De hecho, sólo Aitor, Unai Simón, Courtois, Oblak o Rui Silva aumentan o se mueven en ese volumen de eficacia. Es un valor interesante; aprecia el número de disparos -únicamente- a puerta respecto a las paradas y los goles encajados. Por eso, mejorar a Cillessen o Jaume no es tan sencillo. Para dar un salto, habría que fichar a uno de esos porteros y algunos son un objetivo imposible. Los dos valencianistas están en el selecto grupo de guardametas en el arco de las siete paradas cada diez disparos. Sergio Asenjo y Rubén Blanco cierran la clasificación.

Si el Valencia es uno de los equipos que más remates-disparos recibe, sus porteros tienen más posibilidades de hacer paradas, obviamente, pero el porcentaje mide el acierto relacionado entre disparos a puerta y paradas, en media hora, en un partido o en 27. Esto es clave. Cillessen y Jaume se han repartido la temporada, por eso, no aparecen destacados en clasificaciones que comprenden números totales. En el apartado 'paradas total' están lejos del top, pero sí tienen peso en media de paradas. Después, hay una situación que no admite debate: en partidos sin encajar goles y en goles sufridos (media y total) están muy lejos de la zona VIP, en la que mandan Courtois o Soria. Ni juntos ni por separado brillarían en portería a cero. Esas categorías también describen carencias y hay que sumarlas al análisis.

Post-Shot Expected Goals

Post-Shot Expected GoalsCapacidad en el pase y longitud de pase, el tipo de gol concedido (penalti, saque de esquina, falta directa), acciones defensivas fuera del área, acciones defensivas en el área grande, eficacia en acciones de centro lateral... Para estudiar al portero es fundamental contar con todo, pero en el objetivo cerrado de medir a los mejores a la hora de mantener el balón fuera de la red, los especialistas en big data han desarrollado un nuevo algoritmo, el Post-Shot Expected Goals: la diferencia entre goles esperados posteriores al tiro menos goles permitidos. Aquí es donde se produce el desfase que más compromete a Cillessen.

Post-Shot Expected Goals -desarrollado por Statsbomb y por otras casas como Opta- pretende dar un valor a la parada según el valor de la acción de disparo-remate del rival. En la acción cuenta el quién, el cómo, el cuándo y el dónde. Cuenta la zona de remate, la distancia, el tipo de remate, el tipo de asistencia, incluso de jugada (individual, contraataque, ABP). En función de la calidad de lo que se genera surge el goles esperados y goles esperados en contra.

La fórmula de los goles evitados

Cillessen está en -0,8 en ese Post-Shot Expected Goals: 19 goles encajados por 18,2 goles esperados posteriores al tiro. El de Nimega queda en negativo, condicionante que resta fuerza a su 70,7% de paradas. Jaume está en positivo, + 1 (20 goles encajados contra 21 goles esperados). En este parámetro, el de Almenara es el sexto mejor de LaLiga. Entre lo comido y lo servido, ha evitado un gol para el Valencia CF.

Jaume está después de Aitor, Unai Simón, Masip, David Soria y Courtois. Levante, Athletic, Valladolid, Getafe y Real Madrid. Rui Silva, Remiro y Pacheco son los otros dos porteros de Primera que esta temporada han demostrado una capacidad superior al promedio para hacer paradas. La relación entre los dos parametros refuerza la consonancia de Jaume. Lo mismo sucede con Unai Simón, Courtois o Rui Silva. El Post-Shot Expected Goals refuerza el rendimiento de David Soria, uno de los porteros menos goleados y más jornadas imbatido, aunque con un % de parados por debajo del 70.

Aitor Fernández, temporada dominante

Las estadísticas del portero del Levante le ha situado entre los mejores de Europa. En volumen de paradas (75,9%), el de Arrasate está entre los diez mejores de las cinco grandes ligas (LaLiga más Premier League, Bundesliga, Serie A y Ligue 1), donde dominá Alisson (Liverpool, 80,4% más 12 porterías a cero y 11 goles encajados en 20 partidos). La proporción va más allá del número de paradas total, donde -con 126- está por encima del resto.

En el balance goles esperados posteriores al tiro menos goles permitidos, Aitor, también es un cañón: número uno, con 11,4 de valor. Son más de once goles que deberían haberle marcado y que ha salvado. Ahí está por encima de Predrag Rajkovic (Reims), Gautier Larsonneur (Brest), Martin Dúbravka (Newcastle), de futbolistas cotizados como Walter Benítez (Niza), Juan Musso (Udinese) o Dean Henderson (Sheffield United) o el fantástico Thomas Strakosha (Lazio), superior en la Serie A Tek Szczesny (Juve) o de revelaciones como Vicente Guaita (Crystal Palace).

Obligados a peinar todo tipo de mercados

Aitor brilla donde Cillessen se diluye. Los números puede sumar objetividad y amortiguar malas o buenas sensaciones. En el caso del Valencia CF marcan el pie para el club, si el objetivo es mejorar, no hay tantas alternativas en el mercado nacional. Todo pasa por vender bien y reinvertir. El marco de las cinco grandes ligas exige ir fuerte en las apuestas, recurrir a opciones tipo Neto -suplente de Buffon en la Juve- o aprovechar oportunidades contractuales. Fuera de ese circuito también hay hombres mercado como André Onana (Ajax), José Sá (Olympiacos), Ondrej Kolar (Slavia de Praga), Ugurcan Cakir (Trabzonspor), Luís Maximiano (Sporting), Van Crombrugge (Anderlecht), Dominik Livakovic (Dinamo de Zagreb), Jonas Omlin (Basel), Odysseas Vlachodimos (Benfica)... César Sánchez algo sabe de porteros y de lo que exige el Valencia, también de los mínimos y los máximos que pueden garantizar Cillessen y Jaume si todo el equipo acompaña.