En la mañana del lunes César Sánchez, aún director de Fútbol del Valencia, trasmite en el seno del vestuario que Albert Celades se sentaría en el banquillo de Mestalla este miércoles a las 19:30 frente al Athletic. Sin embargo, en menos de doce horas, Meriton decide prescindir del técnico, llama a Voro para ofrecerle el cargo y arrasa de paso con la figura del director de fútbol, que da el paso de dimitir por coherencia. ¿Qué sucede en esas pocas horas?

Era la noche del domingo. Después de un nuevo descalabro del Valencia CF en Vila-real, el presidente Anil Murthy tenía una decisión tomada a corto plazo: Albert Celades se sentaría este miércoles en el banquillo de Mestalla, se jugaría al menos una carta extra frente al Athletic y, en función de los acontecimientos, se volvería a evaluar la situación aunque la intención primaria de Meriton de que el que fue seleccionador sub-21 terminase su andadura en el Valencia CF coincidiendo con el final de la Liga.

De hecho, Celades así lo asumía. Días atrás había anulado la matrícula de sus hijos en el colegio y comentaba a sus allegados que a finales de mes ya no estaría aquí. No había previsión de cambio de rumbo salvo catástrofe. Por ello, César comunica a la plantilla que Celades seguía siendo el responsable técnico del primer equipo. Habla y también escucha al grupo.

En las horas posteriores a la reunión en el vestuario es cuando el presidente, una vez constatado el hecho de que la confianza de la plantilla en el técnico es irrecuperable, se replantea su valoración inicial y los hechos dan un giro. Coincide con lo explicado por Voro: cuando el lunes por la tarde le preguntan si estaba dispuesto a hacerse cargo del equipo, era la primera vez que escuchaba en el club hablar de cambio de entrenador.

Finalmente, la decisión la toma el máximo accionista. Peter Lim, tras escuchar las valoraciones que le trasladan desde València sobre la situación del entrenador y el vestuario, llegó al convencimiento de que Celades había agotado sus soluciones y sus oportunidades, que no iba a ser capaz de revertir la situación con el peligro de que el equipo se quede fuera de Europa. El cambio, eso sí, termina llevándose a César por delante. Su mensaje a la plantilla quedó deslegitimado, y él prefirió irse. Este martes, mientras Voro asumía de nuevo el papel de salvador y apagafuegos, tanto Celades como César Sánchez acudían a Paterna para despedirse de futbolistas y empleados. El ya ex entrenador aparcó lejos de los focos y no se dejó ver.