"La acción con Messi es un resumen de lo que es este Valencia". Francis Coquelin ha sido esencial para entender el nivel competitivo del mejor Valencia de Marcelino, un jugador imprescindible también después por su agresividad sin balón, un socio ideal para Parejo, con quien volverá a formar en la sala de máquinas del Villarreal. La declaración sintetiza parte de lo que ha sido su recorrido en Mestalla: un jugador de equipo con valores de equipo. Unai Emery firma experiencia (29 años), trayectoria y adaptación garantizada, porque no habrá cambio de ciudad ni de campeonato. Todo por un precio inferior a ocho millones de euros. No es cuestión de mercado (porque la tasación de las casas especializadas no está lejos de la cantidad final), lo sustancial con Coquelin es de valor emocional y deportivo.

Los intangibles escapan de los algoritmos. Francis Coquelin queda para siempre como uno de los símbolos de la final de Copa del Rey del Centenario, imagen del triunfo ante el Barça de Messi y de un Valencia de nuevo campeón. El tipo más bronco en una cita copera. ADN valencianista al cien por cien. El Villarreal firma rendimiento inmediato dentro de un proyecto en el que se está buscando un salto después de varias temporadas en terreno de nadie. El trazado desprende ambición. El movimiento rompe sobre el tablero de fichajes en LaLiga como una jugada maestra: Parejo más Coquelin, una dupla que se conoce, que ha soportado el peso de un club importante y que ha sido diferencial de la mano de un entrenador exigente -Marcelino- al que conocen bien en Miralcamp. Todo eso sobre el papel, después ya hablará el fútbol, los momentos de forma, el físico...

El listón queda alto

En dos años y medio, Coquelin ha sido capaz de rivalizar con un gran Kondogbia y de convertir en suplente a un Kondogbia normal, se ha ganado a Mestalla desde el sacrificio y la batalla, aunque en ocasiones ha sido más efectista que efectivo, cuestión que forma parte de otro tipo de debate. El listón está alto en la parte afectiva para los nuevos inquilinos de la medular. En su carta de despedida, Coque recordó también aquella grave lesión a las pocos meses de entrar en la plantilla como un tiro. Aquella rotura del tendón de Aquiles (pierna derecha) también conmovió al valencianismo y elevaron el vigor de esas exhibiciones tan suyas a recuperación pura.

En su carta de despedida dejó pinceladas de calidad, a lo Parejo: "Llegué a un club con ambición, con un proyecto europeo". Justo lo que ahora mismo está en duda en Mestalla. No se puede decir más con menos. Hay presión, mucha presión. Amortiguar los golpes no va a ser sencillo para el club y para la plantilla, al menos, hasta que ruede el balón.