El Valencia de Javi Gracia no generó fútbol contra el Huesca. Su capacidad de construir algo de juego fue nula. Sin un organizador nato ni un mediapunta que desatascara el ataque. Kang In venía de ser sustituido en el descanso en Vigo y fue suplente por primera vez esta temporada. Cero profundidad, juego entre líneas inexistente, poco fútbol asociativo y menos imaginación. Todo previsible y fácil de defender. En medio de este panorama desolador que dejó el empate con sabor a derrota del sábado aparece ahora la figura colosal de David Silva. El calendario ha querido que el equipo se cruce mañana con el ‘mago’ de la Real Sociedad en plena crisis de fútbol ofensivo. La comparación Silva-Kang In no se sostiene, uno acaba de empezar y el otro ha hecho historia en el mundo del fútbol, pero el martes en el Reale Arena será inevitable. Los focos apuntarán al canario y al surcoreano. Peter Lim apostó muy fuerte por Kang In y San Sebastián lo pondrá a prueba con su vuelta a la titularidad, su responsabilidad de tirar del equipo en ataque y el peso de la sombra alargada de Silva. Es su partido. No hay un escenario mejor para explotar.

También será un partido muy especial para Silva aunque por otras razones. El canario no tiene que demostrar nada. David se enfrenta al Valencia con la felicidad de reencontrarse con un equipo que lleva en el corazón, pero con la extraña sensación de que el club no le abrió la puerta ni siquiera para sentarse y hablar de un posible interés. David tuvo muchas ofertas sobre la mesa, pero se quedó esperando una llamada del Valencia aunque solo fuera para conocer su situación deportiva. No fue así. La propiedad del Valencia tuvo muy claro desde el primer momento que la apuesta era Kang In y que no había que hacer ningún movimiento para tapar la proyección del surcoreano. Además las limitaciones económicas del club impedían la operación por la alta ficha el jugador. El club no podía asumir el salario del canario y apostar por David significaba situarlo en el centro del proyecto. La propiedad lo descartó.

Meriton no movió ficha. El entorno de David así lo reconoce un mes y medio después. «Nadie del club» mostró interés y se puso en contacto con ellos. David esperó una llamada que nunca se produjo. Meriton ni siquiera se lo se lo planteó. Al canario le hubiera gustado un gesto del Valencia, pero entiende la decisión. No ha cambiado en nada su amor al Valencia. Todo lo contrario. Entiende que cada club tiene sus momentos y necesidades y que los caminos de Valencia y Silva no estaban destinados a encontrarse de nuevo. David lo asumió con naturalidad y comprensión. Por encima de todo quiere al club, lo siente como su «segunda casa» y le estará agradecido eternamente por haberlo formado como jugador y persona. Silva es valencianista. Seguramente más que muchos.

El ‘21’ de la Real sorprendió a su propio círculo de confianza con la decisión final a cerca de su futuro. Descartada la aventura de ligas fuera de Europa, muchos de los suyos pensaban que podía decantarse por el Calcio italiano y la Lazio de Roma. No fue así. David puso en la balanza muchas cosas y eligió al final la Real Sociedad. En su decisión pesó la apuesta del club a todos los niveles, su estructura profesional, el estilo de juego del equipo y la calidad de vida de San Sebastián, además de sentirse más cerca de casa. No hay que olvidar que David tiene familia en València y que es habitual que vuele a la ciudad para pasar unos días siempre que la competición se lo permite. El jugador siente que ha acertado. Lo mismo que piensa la Real. David es uno de los líderes del vestuario a pesar de ser un recién llegado y se ha convertido en el complemento perfecto para que los jóvenes de la Real crezcan. Un liderazgo y una calidad contrastada que se echa de menos en el Valencia de Gracia plagado de canteranos sin experiencia en el fútbol de élite.

¿Habría tapado Silva a Kang In en el Valencia?

Meriton cree que sí, pero existen más teorías. Hay gente de fútbol que piensa que habría sido el complemento perfecto para que el surcoreano creciera. Caben opiniones para todos los gustos. En este sentido, Meriton lo tuvo claro. Ni Silva ni nadie más. El ‘10’ de Peter Lim es Kang In.

El de Arguineguín no está al cien por cien todavía. Su entorno reconoce que tendrán que pasar unos días para que alcance su plenitud física. El canario dio positivo en Covid-19 a su llegada a tierras vascas, estuvo tan solo dos semanas en casa sin síntomas, pero fue tiempo suficiente para que ahora no tenga el mismo ritmo que sus compañeros. Aún así, fue capaz de marcar la diferencia contra el Elche en su primera titularidad. Lo bueno es que en su debut contra el Real Madrid también dejó buenas sensaciones a pesar de llevar con pocos entrenamientos en las piernas.

Al técnico de la Real, Imanol Alguacil, no le sorprende la rápida adaptación del canario. «Llevo muchos años viéndole jugar y no me ha sorprendido. No hay duda que es mucho más fácil con él. No vamos a descubrir lo buenos que son tanto Merino como Silva. Pero para que a ellos les llegue la pelota y para que ellos también sean capaces de acertar en ese pase, tiene que haber también gente buena alrededor». Es tan bueno que cuida sus elogios.