Peter Lim, con su decisión de no autorizar ni un solo fichaje para el Valencia CF 2020/21, ha roto con toda lógica que se precie en el mundo del fútbol bajo cualquier contexto espacio-temporal posible. Nadie lo entiende en el presente. Ni nadie lo entendería en el pasado. El club de Mestalla no cerraba un mercado de verano sin la contratación de ningún futbolista profesional desde 2002, aunque entonces el Valencia presidido por Jaume Ortí era el vigente campeón de Liga. Ni punto de comparación con el de Lim, necesitado urgentemente de regresar a la élite económica de la Champions tras un curso 19/20 en el que la novena posición en la Liga lo ha apartado de las competiciones europeas.

Nunca jamás el Valencia había dejado a cero el contador de los fichajes, como lo ha hecho Meriton Holdings, cuando más se requería la ayuda de recambios y nuevos jugadores. En 2002 el equipo de Benítez ni sufría ni perdió a pesos pesados del once titular. Angloma colgó las botas y el rumano Ilie hizo las maletas después de un sinfín de meses sin el veneno de la 'Cobra'. En julio se incorporó un joven francés del Rennes, Jean-Félix Dorothée, que jugó en el filial, y en enero, cedido y desde el mismo lugar, el lateral Anthony Réveillère.

En aquella temporada 2002/03 el Valencia estaba consolidado entre los grandes de Europa, temible y temido en la Liga de Campeones. Competía en el Viejo Continente como en la Copa de Ferias del curso 1964/65. Mediados de los años 60. Es la época a la que hay que remontarse para encontrarse con una primera plantilla valencianista, de la mano de Mundo y Amadeo en el banquillo, reforzada antes de la Liga únicamente con cuatro mestallistas -Poli, Navarro, Valero y Vilar- con tal de hacer olvidar a veteranos como Quincoces y Mañó.

A principios de esa década, los 60', el Valencia se estrenó en las competiciones europeas para dominar la Copa de Ferias con los títulos de 62 y el 63, y después asentarse con once temporadas sin faltar en Europa con presencias también en la Recopa 1968, la Copa de Europa 1972 y la UEFA 1973. Desde entonces hasta hoy, el equipo blanquinegro afrontó casi una veintena de temporadas, repartidas en las décadas de los 70, 80, 90 y 2010, sin el premio de jugar en Europa después de campañas previas en las que no se consiguió brillar conforme a la historia del grande que se gestó con los éxitos de los años 40.

Ramos Costa con Diarte. La deuda se acrecentó, aunque se construyó el Valencia campeón del 79 y el 80.

SUPER ha documentado -véase las tablas- la respuesta en cada uno de esos veranos que dieron los dirigentes valencianistas para intentar regresar a las posiciones altas de la Liga y al concierto europeo. Nadie hizo tan poco como Peter Lim, máximo accionista, y Anil Murthy, presidente, en la ventana de fichajes que cerró el pasado lunes 5 de octubre. Sólo el regreso de cuatro cedidos: Racic, Lato, Álex Blanco y Jason. Y dos canteranos, Esquerdo y Yunus Musah.

De una media de nueve a cero

Una retrospectiva por la historia muestra como Ros Casares, Ramos Costa, Vicente Tormo, Arturo Tuzón, Paco Roig, Amadeo Salvo o, incluso, el propio Lim reaccionaron en el pasado con fichajes para tratar de remontar el vuelo. El inversor de Singapur ha pasado de 12 llegadas en 2014, en colaboración con Salvo y Rufete, a cero. Entre medias, nueve fichajes con García Pitarch en 2016, y de la mano de Mateu Alemany en 2017. El mismo número del año pasado antes del adiós del ejecutivo balear. Meriton, justificándose en el contexto de la Covid-19, ha cerrado el grifo.

En 2016 se intentó solucionar los problemas que se arrastraban tras la salida de Otamendi con Garay y Mangala

Nunca, incluidos los peores momentos de los años 80, los directivos del Valencia dejaron al equipo sin refuerzos. Siempre hubo ese par de fichajes que tanto le ha reclamado a Meriton Javi Gracia. Ros Casares fichó a Kurt Jara y Salif Keita tras la decepción de verse fuera de Europa en 1973, y en el 75 palió la venta de Sol al Madrid con el holandés Johhny Rep antes de dimitir y dar paso a Ramos Costa, que fichó para construir el equipo campeón del 79. Kempes, Diarte, Bonhof, Carrete, Botubot...

En 1986, para el regreso a Primera, entre tanto canterano, Tuzón permitió invertir en el 'pichichi' de Segunda, Alcañiz, y el uruguayo Bossio. En años anteriores la dificultad de una deuda de 1.500 millones de pesetas obligó a vivir bajas duras como las de Kempes, Botubot, Carrete, Arnessen... Pero el Valencia no dejó de intentarlo en ningún verano como, por ejemplo, con los 60 millones de pesetas que depositó por Wilmar Cabrera.

Más tarde, pese a su política de austeridad, Tuzón siguió trayendo guindas como el brasileño Leonardo, hoy director deportivo del PSG tras una carrera brillante en Europa. Todo mucho más contenido que las ambiciosas revoluciones de Roig, que apostó por grandes nombres. El de Romario fue el más sonado. Los de Carboni, Djukic o Angloma, los que hicieron historia.

Romario y Marcelinho Carioca, llegados de la mano de Paco Roig