Javi Gracia y Jaume (peso pesado), incluso Anil, se habían esforzado tras Vila-real en trasladar un mensaje de seguridad. Las partes elevaron de categoría una sensación de mejora demasiado débil, como se vio en el Martínez Valero. Javi Gracia ha repetido demasiadas veces que con estos jugadores no se podía competir y el mensaje ha calado. Todos entraron atenazados. No hay que quitarle mérito al Elche, que impuso su personalidad y minimizó al máximo al Valencia, desde lo colectivo y desde lo individual en una buena primera parte. Guedes se perdió en ataque, el doble lateral no funcionó, el equipo volvió a pasar demasiados minutos en campo propio, expuesto a la presión. No hubo nada distinto a Villarreal o Betis, más allá del coraje con 2-0.

Sin Maxi y sin Kondogbia (capitales) es más difícil todavía, pero la sensación de inferioridad inicial no puede justificarse ya en los no fichajes. Cillessen, Cheryshev, Kang In y Jason en el banquillo, otra vez. Cada uno tiene un contexto, pero el trato es distinto. De nuevo, el equipo fue a la lona antes de la media hora. Josan hizo un golazo que terminó con el objetivo de la resistencia blanquinegra. Segundo remate, a la lona y KO. Error en la salida de balón, buen pressing alto de los ilicitanos, recuperación de Josan y golazo de Fidel. No hubo cambios, hasta el descanso.

El desarrollo de Jorge Almirón

El Elche venía de Pacheta, pero ya es de Almirón. Cierto que el argentino ha recibido mejor herencia y ha tenido fichajes, cierto... Ayer interpretó una puesta en escena similar a la de Mendizorrotza: tres centrales, pero ya nada de repliegue intensivo como ante el Huesca. Todo pasos hacia adelante, en todos los sentidos. El bloque local demostró personalidad e ideas claras. Buena salida, buena presión, el orden de Marcone, el despliegue de Guti, la llegada de los carrileros, la seguridad de sus defensas, la solvencia de Badia. El Valencia no fue agresivo, no mordió sobre las debilidades del rival. Otra vez plano y previsible, hasta la segunda parte, donde cambio de plan, de mentalidad fue rotundo. El Valencia fue agresivo, fue a morder, ritmo alto... tarde.