Bargues reparte juego. El míster lo ha dejado claro siempre: las etiquetas no le gustan y ha intentado que todas las futbolistas tengan un rol y se sientan importantes. El once está abierto a los méritos y lo ha demostrado en estas primeras jornadas. Ahora llega el momento de recoger lo sembrado y de examinar alternativas. Va a haber oportunidades y hay futbolistas desenado reivindicarse en positivo.

Bargues refuerza esa confianza global antes de arrancar el ciclo: «Tienes que contar con todo el mundo y todo el mundo tiene que estar para participar. Los partidos que hemos jugado nos dicen que estamos lo suficientemente conjuntadas para superar el mes compitiendo día a día». Es la hora de Júlia Aguado, de Salmi, de Esther, de María Jiménez, de Candela, de Paula Guerrero... «La gente de banquillo es primordial. Van a tener mucha participación, necesitamos que el equipo mantenga este nivel y los principios de juego que tenemos trabajados. Siempre que hacemos cambios el equipo no sólo no se debilita sino que, en ocasiones, llega a un nivel superior», insiste el míster. A su favor tiene la polivalencia de muchas futbolistas y alternativas tácticas preparadas.