No es un partido más para ninguna de las partes. Mari Paz. La gallega (32 años) reapareció tras lesión ante el Sporting de Huelva, hace una semana. Tuvo la segunda parte, el Betis ganó con gol de Ángela Sosa y terminó satisfecha. Esta noche las sensaciones alcanzarán otro nivel. También los prolegómenos. La delantera se marchó con la espinita clavada de una última temporada enrevesada. Todo fue peor de lo esperado: rendimiento, resultados y virus. La suspensión de la Primera Ibedrola agravó el efecto de vacío, de trayectoria no completa: Mapi no pudo despedirse sobre el césped del Puchades, con una afición para la que ha sido ídola, en pasado y para siempre. Las emociones hubiesen sido mucho más intensas de haber jugado hoy en Paterna, pero ese homenaje queda aplazado para la segunda vuelta, si la pandemia lo permite.

Mari Paz no fue un caso único (Nicart, Carol, Gio, Naiara, NicartCarolGioGaitán. La no oferta de renovación fue producto de una apuesta madurada desde el objetivo -ambicioso- de empezar un proyecto nuevo y reciclar la energía. La llama se estaba apagando y renovar la ilusión era imprescindible para todos. El capítulo no fue de cuento de hadas. El tiempo se encargará de ordenar el relato. Hoy, el Valencia lo ha agradecido y también lo ha terminado agradeciendo Mari Paz, llamada a ser protagonista en un Betis potente, en una ciudad como Sevilla.