Hablar hoy de Diego Martínez. Sus logros en solo dos años hablan por sí solos. En el primero, 18/19, consiguió el ascenso a LaLiga Santander tras acabar la temporada segundo con 79 puntos. En el segundo, 19/20, clasificó al equipo nazarí en séptima posición para llevarlo a Europa por primera vez en su historia. Además, estuvo a un paso de meterlo en la final de la Copa del Rey, lo impidió un gol de Yuri Berchiche en los últimos minutos de la semifinal disputada en Los Cármenes.

Con 40 años recién cumplidos, el técnico vigués ha roto moldes en Granada, ha ilusionado como nunca a toda una afición a base de resultados pero también de un fútbol que transmite y un equipo que siempre compite. Hoy por hoy es uno de los jóvenes entrenadores más seguidos por clubes de categoría superior y entre ellos está el Valencia CF, que el pasado verano valoró muy seriamente su nombre para ser el sustituto de Albert Celades.

Diego Martínez era de hecho el hombre de César Sánchez, director de Fútbol del Valencia CF desde enero de 2020. Durante los pocos meses que tuvo responsabilidad en la secretaría técnica pidió y estudió informes del técnico del Granada, que comenzaron a tomar cuerpo a partir del momento en que Celades quedó sentenciado a la vuelta del confinamiento. Era el elegido. El técnico tenía contrato hasta el 30 de junio de 2021, el mismo que tiene ahora, pero no fue ese el primer problema, sino la dimisión de César a finales del mes de junio. Fue cuando Meriton decidió destituir al entrenador tras perder ante el Villarreal, las cosas de Peter Lim, horas después de que el propio César Sánchez comunicara al vestuario que iba a seguir hasta final de temporada pasara lo que pasara.

Se fue el máximo responsable del área técnica, pero el nombre de Diego Martínez se quedó en los despachos, donde seguía siendo uno de los candidatos para el secretario técnico Miguel Ángel Corona . En julio, después de haber mantenido conversaciones con entrenadores como José Bordalás, Rubén Baraja y Javi Gracia, Anil Murthy trasladó a Singapur las conclusiones para que diera el visto bueno Peter Lim. El máximo accionista, mientras Voro dirigía los últimos partidos del equipo, se tomó un tiempo para meditar la decisión y pidió más información sobre posibles candidatos al banquillo. Entre ellos, al máximo accionista le llamó la atención el perfil y la trayectoria del joven técnico criado a las faldas de Monchi en la cantera del Sevilla.

Casi al mismo tiempo que el Valencia cerraba el acuerdo con Gracia, aunque no fue anunciado de manera oficial hasta el 27 de julio, Diego Martínez era manteado en Los Cármenes después de derrotar al Athletic por 4-0 y clasificar al Granada para la Europa League. Su continuidad al menos hasta cumplir su contrato estaba asegurada.

El Valencia se mide en el último partido del año a este Granada que mantiene las constantes que le han llevado al éxito. Con 21 puntos en 14 jornadas, porque tiene todavía un partido aplazado que jugará ante el Osasuna en enero, vive instalado en la zona alta de la tabla pese a haber sufrido como pocos los rigores de la pandemia en su plantilla. Da la talla también en su estreno continental, demostrando que no ha llegado a Europa para pasar desapercibido. Superó sin despeinarse la fase previa y también la de grupos, en la que logró clasificarse para las eliminatorias en las que se medirá el próximo mes de febrero al Nápoles. El no va más en un lugar llamado Granada, o llamado milagro. Una competición que conoce bien Diego Martínez, medio gallego y medio andaluz. Como segundo de Unai Emery en el Sevilla conquistó el torneo en 2014 en la final disputada ante el Benfica en Turín. Fue después de eliminar al Valencia en semifinales con aquel gol de Mbia de tan triste recuerdo en Mestalla.