Las incorporaciones de Christian Oliva, Patrick Cutrone y Ferro han ampliado el fondo de armario de la plantilla del Valencia CF y servirán para potenciar el nivel de las rotaciones y dar descanso a algunos futbolistas titulares que han llegado al límite a la segunda vuelta del campeonato. El fichaje de delantero italiano y el central portugués aumenta los recursos del equipo en fase ofensiva y defensiva respectivamente. El equipo, aunque solo sea por el potencial de sus efectivos, es más fuerte ahora en las dos áreas. La presencia del uruguayo, más allá de reforzar el debilitado centro del campo por la salida en verano de futbolistas importantes como Dani Parejo, Francis Coquelin y Geoffrey Kondogbia, abre el abanico táctico de Javi Gracia. El técnico dispone a partir de ahora de más variantes tácticas para maximizar el rendimiento de sus jugadores y mejorar como equipo en líneas generales.

La idea inicial de Gracia es dar continuidad al 4-4-2 con el que ha empezado la temporada. Sin embargo, está a abierto a aprovechar las variantes que permite la presencia de un perfil nuevo en la plantilla como es el de mediocentro de corte defensivo. Con el fichaje de Oliva no solo se recupera la figura del ‘6’. El técnico contempla la posibilidad de introducir otras variantes que amplíen la riqueza táctica del equipo. La llegada del uruguayo permite abrir el abanico y apostar (ya sea de inicio o durante el partido) por nuevas disposiciones tácticas que hasta la fecha parecían imposibles por la escasez de efectivos de garantías en el centro del campo. La realidad es que el doble pivote siempre ha estado cogido con pinzas esta temporada. Oliva trae energía pero también margen de maniobra para el entrenador. Gracia ha demostrado tanto en el banquillo del Valencia como en su anterior carrera deportiva que no es un técnico inmovilista. El navarro, por ejemplo, cambió al 5-3-2 de tres centrales y carrileros contra el Sevilla para intentar solucionar la baja de Uros Racic. Durante toda la primera vuelta los contratiempos del serbio y Carlos Soler, más que un problema, se han convertido en un drama para el equipo. Oliva, más allá del nivel que dé en el campo, solo por tener un perfil diferente al resto de mediocentros es sinónimo de soluciones.

Cuatro escenarios

Oliva permite la presencia de nuevos escenarios tácticos en el Valencia. El primero es la posibilidad de juntar en un trivote de garantías a tres centrocampistas de diferente corte como son Oliva, Racic y Soler. Gracia ya ha tocado el 4-3-3 en otros clubes y, sin ir más lejos, apostó por el 5-3-2 con Wass-Soler-Cheryshev por dentro ante al Sevilla en diciembre.

Tampoco sería nuevo en la carrera de Gracia apostar por el 4-2-3-1 con la figura del mediocentro llegador (Carlos Soler) en la mediapunta y un doble pivote de mayor consistencia y despliegue físico con Oliva y Racic. La posibilidad de formar un doble pivote defensivo con el uruguayo y el serbio también podría permitir la vuelta de Soler a la banda derecha como en la etapa de Marcelino García Toral sin tener que tocar el 4-4-2 tradicional.

Oliva multiplica las variantes tácticas de Gracia, aunque más allá del dibujo, el verdadero valor del uruguayo es que permitirá soltar a dos jugadores como Soler y Racic que ahora mismo están «atados» como definía Gonzalo de los Santos y cuyas posibilidades de crecer con un ‘6’ específico a su lado que les libere de trabajo son infinitas.