Hubo un partido que duró media hora y acabó con empate a un gol entre uno de los peores visitantes y uno de los peores locales de LaLiga. Y otro que estuvo a punto de no jugarse a partir del episodio racista de Cala con Diakhaby. Fue un tramo bien largo en estado de shock durante el que Cádiz y Valencia estuvieron igualando a nada hasta que una acción aislada lo decantó sobre la bocina. Otra derrota para el Valencia lejos de Mestalla eclipsada por el supuesto insulto ("negro de mierda") que dejó en nada la disputa de los puntos pese a la amenaza de un castigo superior si los blanquinegros no regresaban al campo.

El equipo de Javi Gracia, incapaz de enlazar dos resultados buenos, desandó lo andado pero el interés ya no estuvo en lo que ocurría en el césped. Las cámaras apuntaron primero a Diakhaby, el gran protagonista, que se quedó hundido en la grada. Después a Cala, el supuesto agresor al que Álvaro Cervera retiró por voluntad propia al descanso. El balón, y todo lo que ocurría a su alrededor estaba de más, incluido el adiós esta vez sí que definitivo a la utopía de jugar en Europa.

El fútbol, pese a la lacra del racismo, es un deporte al que además de con la lengua se juega con la pelota, lo que significa que los equipos que suelen acabar ganando no son los que más larga la tienen (la lengua) ni los que más la tocan (la pelota) sino los que mejor saben leer el juego. Lo demostró el Valencia al principio saliendo como tocaba, con un fútbol tenso que le permitió botar seis saques de esquina en los primeros diez minutos y descargar dos trallazos desde la mirilla de Wass. Sin embargo, también lo demostró en negativo al final, cuando no supo cómo darle sentido y Soler acabó perdiendo la referencia de Mauro, quien remató llegando desde atrás lejos del alcance de un Doménech que se marchó sin paradas en el casillero. Tuvo guasa, por cierto, que el gol de la victoria lo marcara el hombre que sustituyó a Cala.

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Tan entonado arrancó el Valencia antes del desaguisado que reaccionó rápido al mazazo del 1-0 gracias a una jugada de tiralíneas. Con Maxi Gómez fuera de la lista por problemas físicos de última hora, Javi Gracia apostó en el once por la rapidez arriba de Gameiro, que le devolvió la confianza con el tanto del empate. La asistencia fue de Guedes, entonado y conectado a la corriente, siempre tendente al desequilibrio y junto a Álex Blanco uno de los revitalizados. Con dos acciones gloriosas, solidarias y sin respiro, el portugués cubrió en un lado del campo a Gayá y en el otro, tras recibir de Racic, acertó con un paso de primeras en profundidad para aprovechar el desmarque. Gameiro, con calidad, desvió con el exterior la trayectoria del balón para batir limpiamente a Ledesma, que salió vencido a taponarlo.

Estaba siendo claramente un partido de porteros, aunque más por las dudas que por la trascendencia de sus aciertos. Especialmente en el caso del Valencia, ya que la cita medía el estado de Doménech después de su sentencia al banquillo y la necesidad de rescatarlo por la lesión de Cillessen. Después de media docena en el campo contrario, el primer saque de esquina del Cádiz acabó en la red. Fali metió un centro en segunda jugada que rebotó en Wass y cayó llovido en la frontal del área pequeña. Parecía un balón en teoría en fácil. Sin embargo, por un lado el portero no abrió la boca y por el otro Paulista se desentendió completamente esperando la salida de puños. Cala, minutos antes de liarla, remató a placer aprovechándose del río revuelto. La imagen del uno y del otro echándose las culpas hablaba por sí sola.

Necesitaba ganar el Valencia para quitarse de encima los fantasmas, pero con el paso del tiempo estuvo muy lejos de conseguirlo. Pareció cerca cuando se revisó un empujón en el área a Wass, pero nada. Ni siquiera esa sensación de peligro fue un aliciente. El Cádiz, que logró no desmoronarse, dio por bueno el recurso de enviar balones arriba con los que desarmar la defensa y citarse ante Doménech. Por ahí llegó el 2-1. Al borde del precipicio, el Valencia no recuperó el control ni dio facilidades Gracia con los cambios. Más allá de la entrada de Vallejo fueron un ejercicio sin fe para clausurar un partido que en realidad ya había acabado.

- Ficha técnica:

2 - Cádiz: Ledesma; Iza Carcelén, Cala (Marcos Mauro, m.46), Fali, Espino; Jonsson, José Mari, Perea (Alejo, m.61), Salvi, Jairo (Pombo, m.79); Negredo (Malbasic, m.73).

1 - Valencia: Domenech; Thierry (Cutrone, m.89), Gabriel Paulista, Diakhaby (Guillamón, m.30), Gayà; Wass (Vallejo, m.73), Soler, Racic, Blanco (Cherysev, m.73); Guedes, Gameiro (Musah, m.89).

Goles: 1-0, M.13: Cala. 1-1, M.18: Gameiro. 2-1, M.88: Marcos Mauro.

Árbitro: Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó con cartulina amarilla a los locales Salvi y Cala, y a los visitantes Diakhaby y Paulista.

Incidencias: Partido de la jornada 29 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Ramón de Carranza sin público.