En un par de semanas el Valencia CF se ha quedado sin nada entre las mínimas opciones de alcanzar la séptima plaza con la que se esperanzaba después de imponerse al Granada el 21 de marzo en Mestalla. Reanudada la Liga tras los partidos de selecciones, el equipo de Javi Gracia se ha dado de bruces con la triste realidad que le ha acompañado toda la temporada. Después de 30 jornadas, los blanquinegros marchan a la par de las temporadas más aciagas en la etapa de Peter Lim como propietario y, lo que es peor, sin haber logrado todavía enlazar dos victorias consecutivas, el descenso vuelve a estar más cerca que la posición que daría el último billete a Europa.

La sensación de que todo está hecho ha invadido el ambiente, después de que el Valencia haya sumado un solo punto de seis con la derrota en Cádiz (2-1) y el empate a dos tantos frente a la Real Sociedad en Mestalla. Pero esa puede ser una sensación peligrosa para un equipo que, primero de todo, debe llegar a los 40 puntos lo más pronto posible para sellar la continuidad en Primera División y evitar sobresaltos en las cinco semanas que restan de aquí al final de una temporada para olvidar en todos los sentidos.

El próximo rival, el Betis, es sexto de la mano de Manuel Pellegrini con 13 puntos más que los valencianistas y uno por encima del séptimo, el Villarreal. Ocho menos que el Valencia suma el Elche, el primero de los tres conjuntos que en estos momentos descenderían a la Liga SmartkBank. De ese abismo ha escapado con dos triunfos consecutivos el Huesca de Pacheta, que se ha colocado décimo sexto con 27 puntos. El Valencia cuenta hoy con 34, diez menos de los 44 con los que concluyó en 2016 la peor liga de su historia desde que en 1995 las victorias aumentaron su valor de dos a tres puntos. Ese es el único 'honor' que le queda por limpiar a los de Gracia. Superar esa deshonrosa puntuación de un equipo que pasó de mano en mano: Nuno, Gary Neville, Voro y Pako Ayestaran. Aunque antes habrá que rebasar la barrera de los 40.

Entre el Elche y el Valencia, hay una serie de equipos que compiten por un sitio en la élite de la Liga: Valladolid (27), Huesca (27), Getafe (30) y Osasuna (34). Mucho deberían complicarse las cosas para que los blanquinegros pasaran apuros, si bien la última década en la Liga prueba como en el 'sprint' final se incrementa la capacidad de sumar puntos de los equipos habituados a los barrizales de la lucha por la permanencia. Por ejemplo, en la temporada 2013/14, el Getafe logró 14 puntos entre las jornadas 31 y 38 para pasar de zona de descenso a la décimo tercera posición, y salvarse con 42 puntos. Más mérito tuvo el Málaga en 2011, cuando hizo 17 de 24 puntos para fugarse igualmente del infierno. Lo sucedido entre 2011 y 2020 ofrece también ejemplos que alertan de los peligros de confiarse en exceso. En 2012 el Villarreal, décimo séptimo con 32 puntos al acabar la jornada 30, descendió en la 38 pese a sumar 41. Más recientemente, en 2019, a estas alturas de Liga, el Girona era décimo cuarto con los mismos puntos que el Valencia, 34. Ocho partidos más tarde, los catalanes solo consiguieron tres puntos más y bajaron a Segunda con 37.

La media de puntos para la salvación en esta última década es de 39. A pesar de que en 2011 y 2012 a Mallorca y Granada el mantenerse les costó 44 y 42, respectivamente, hoy la progresión de los de atrás hace prever que al Valencia le bastan dos victorias para vivir tranquilo y pensar en el futuro. Ahora se presenta es lograrlas por primera vez de forma consecutiva ante Betis y Osasuna... y lejos de Mestalla, donde ningún rival suma menos que los de Gracia. Solo diez puntos sobre 45 en 15 desplazamientos.