El Valencia Mestalla volvió a pagar su falta de efectividad en un partido en el que fue superior a L’Hospitalet, pero en el que no fue capaz de culminar sus ocasiones de gol. El duelo se volvió absolutamente loco en el tramo final con los goles anulados a los catalanes y las ocasiones claras de los blanquinegros, pero el marcador no se movió. El punto conseguido no sirve de absolutamente nada y sepulta las mínimas esperanzas que pudiesen haber en obrar el milagro de la salvación. A falta de la confirmación matemática, la gestión de Meriton lleva al filial del Valencia C.F. a Tercera RFEF, quinto escalafón del fútbol español, en una temporada para olvidar en la que a falta de muchas jornadas para el final, salvarse ya era más una quimera que un objetivo factible.

La primera mitad fue más dinámica que en otras ocasiones. Los primeros compases fueron muy igualados, sin demasiadas ocasiones y con los valencianistas buscando tener más la pelota que su rival, que le esperaba en bloque medio y saltaba a la presión una vez el filial superaba la línea del centro del campo. Los catalanes, que trataban de intimidar a la contra, vieron como les anulaban dos goles al cuarto de hora de partido, ambos por fuera de juego.

El que sí valió fue para el Valencia a través de Fran Navarro. El delantero de Pinedo luchó un gran balón largo de Joseda Menargues en el que partía en desventaja con respecto al portero visitante, pero que frutó de la pelea forzó el error del meta y acabó batiéndolo a placer. La alegría, no obstante, duró poco, ya que cuatro minutos más tarde Koba Koindredi cometía un penalti y Canario empataba el duelo batiendo a Unai Etxebarria. El marcador ya no se movería hasta el descanso a pesar de que a escasos minutos de enfilar el túnel de vestuarios una gran contra del equipo de Óscar Fernández estuvo cerca de culminar en gol, pero Aliaga evitó el tanto de Pablo Gozálbez.

En la reanudación la primera ocasión no tardó en llegar con Fran Navarro atacando un centro, pero su remate fue bastante deficitario y se marchó fuera. Minutos más tarde el que gozó de una buena aproximación fue Gozálbez. Poco a poco, no obstante, L’Hospitalet empezó a ganar metros en el campo y echando al Mestalla contra su portería y gozar de alguna buena acción de peligro como la de Joan Salvá de cabeza. En el ecuador de la segunda mitad el choque seguía muy abierto y en los robos en campo contrario estaba el principal recurso de ambos para hacer daño.

Fruto de un contragolpe de Fran Navarro, de hecho, volvió a recuperar el mando del partido el Mestalla, que con las bandas revitalizadas con los cambios y la hiperactividad de Noha Ndombassi empezó a merodear con insistencia las inmediaciones del área rival y a arriesgar confiando en el gran nivel de Guillem Molina atrás para abortar los ataques de los catalanes.

En los últimos diez minutos el duelo se volvía absolutamente loco convirtiéndose en un correcalles y con dos goles más anulados al Hospitalet, uno por fuera de juego y otro por marcar Ripoll el tanto con la mano, hecho que le costó la segunda amarilla y dejaba a su equipo con uno menos para jugar el descuento. El Mestalla tenía cuatro minutos para tratar de superar a la defensa catalana en superioridad numérica y estuvo a milímetros de hacerlo, pero el remate de Fran Navarro tocó en los dos palos y se paseó por la línea de gol.

El discurso de Óscar

El técnico se dirigió a sus jugadores al final del partido. «El equipo caerá, pero caerá siempre con la cabeza alta y dando la imagen que hemos dado hoy», dijo. «El partido resume la temporada. Es el resumen de este año. Excusas ninguna, el responsable soy yo. ¿Que no ganamos?, es verdad, pero lo que hacen los chicos hoy: hemos generado juego, defendido muy bien, hemos estado generosos en el esfuerzo y hemos tenido muchas ocasiones. A seguir».