Ronald Koeman cumplirá ante el Valencia el primero de los dos partidos de sanción que el Comité de Competición le ha impuesto por su expulsión ante el Granada. El técnico deberá ser escrupuloso con el Código Disciplinario o, de lo contario, se expondría a una sanción mucho mayor.

El artículo 55 del Código Disciplinario de la Federación Española deja claro que un entrenador sancionado tiene "prohibido acceder al terreno de juego, al banquillo y zona de vestuarios", además de no poder "situarse en las inmediaciones del banquillo y dar instruciones de cualquier índole y por cualquier medio a los que participen en el partido".

Por tanto, Koeman deberá sentarse en una zona de tribuna alejada del banquillo -el palco o alguna cabina de prensa- y no podrá bajar a la media parte para conversar con los jugadores. Eso sí, el técnico tras el partido podrá ofrecer la rueda de prensa, igual que ocurre en la previa del encuentro.

Vigilado por el delegado federativo

El delegado federativo designado para el partido es quien debe estar pendiente de que se cumpla con lo establecido. Koeman no puede hablar directamente con el banquillo. Sus ayudantes, Alfred Schreuder y Henrik Larsson, sí que pueden estar conectados a través del pinganillo con el staff de vídeo que está en la tribuna, pero no pueden dirigirse a Koeman.

En caso de saltarse alguna de estas normas y ser denunciado por el delegado federativo, el técnico se expondría a un duro castigo estipulado en el artítulo 104 del Código Disciplinario. La suspensión podría ser de "cuatro a veinte partidos o de uno a seis meses".