Meriton: Números de dimisión

En el fútbol la cuerda siempre se rompe por el tramo más débil, generalmente, el de los entrenadores. Ninguno sería capaz de resistir tanto en el tiempo en un club de fútbol con unos resultados como los del Valencia CF en la temporada que ha terminado este fin de semana. Ni como los de la temporada anterior o los cosechados en los deprimentes 2016 y 2017. De hecho, a excepción del paréntesis de éxito que significó el bienio de Marcelino, entre aquellas campañas 2015/16 y 2016/17 y las dos más recientes, 2019/20 y 2020/21, por el banquillo de Mestalla han desfilado siete técnicos: Nuno, Neville, Ayestaran, Prandelli, Celades, Javi Gracia y Voro hasta cinco veces.

A diferencia de lo que sucede con los entrenadores, la posición de dominio en los clubes de propietarios y presidentes les garantiza una estabilidad mucho mayor. Pero nadie ha sido eternamente intocable. Los dirigentes también terminan cayendo o apartándose a un lado con el paso del tiempo, el desgaste de los malos resultados y la sentencia de un público exigente. El pasado así lo ha demostrado con los ejemplos de Paco Roig, Juan Soler o Manuel Llorente, a quien el Gobierno valenciano puso al mando de la entidad en el verano de 2009 bajo el paraguas de una ampliación de capital que otorgó la mayoría accionarial a la Fundació Valencia CF.

Una retrospectiva en el tiempo muestra también como ninguno de los mandamases que precedieron a Peter Lim durante el siglo XXI se retiró a casa con un rendimiento de la sociedad anónima deportiva tan pobre como el que acumula el singapurense desde que compró el 83% de los títulos a finales de octubre de 2014.

Los números de Meriton, que siempre la acabó pagando con los entrenadores, son de dimisión. Los hechos referentes al rendimiento deportivo, el que mueve el motor de la pasión entre los seguidores, constatan como Lim no solo no ha cumplido con las expectativas de asentar al Valencia entre los mejores clubes del panorama internacional, sino que, lo que es peor, lo ha alejado de la élite del fútbol español en la que tradicionalmente ha estado. Para encontrar un Valencia tan abajo en la Liga habría que retroceder a la década ominosa de los 80', años en los que el conjunto valenciano descendió a Segunda.

El Valencia 20/21 ha sumado 43 puntos, únicamente el 37,7 % de los 114 en liza en 38 jornadas. En términos de puntuación, solo hay tres peores a lo largo de 86 temporadas en Primera: la segunda de la historia en la élite con el inglés Randolph Galloway (1932/33), cuando se sumó el 36,1 % de los puntos; la 1982/83, año en que un gol de Tendillo al Real Madrid salvó al equipo en el último suspiro, y la trágica 1985/86. En las dos últimas el porcentaje de puntos se quedó en el 36,7 %. Además, tras este que acaba de finalizar, los cursos 15/16 y 16/17 siguen en las posiciones quinta y sexta de este ranking de los horrores en la Liga.

Lamentablemente, la comparativa con los 80' prosigue. El equipo blanquinegro ha sido el visitante con el rendimiento más pobre a domicilio, apenas 12 puntos en 19 partidos. Desde 1983 el Valencia no había vuelto a ser el visitante con peores cifras del torneo. Además, desde la campaña del reestreno en Primera, la 1987/88, los jugadores valencianistas no acaban tan abajo en la tabla. Entonces, el decimocuarto, ahora el decimotercero.

La colección de datos negativos en torno a Meriton se ha agrandado aún más en las dos últimas campañas, en especial, en la recién terminada. Por primera vez desde la campaña 31/32 el equipo blanquinegro ha sido incapaz de encadenar dos victorias en la competición madre. En la época contemporánea, mientras tanto, el club ha firmado su peor temporada desde que la Liga empezó a premiar los triunfos con tres puntos en 1995. Un total de 25 temporadas previas sin acabar tan abajo, sin sumar tan pocos puntos (43) y sin vivir tan lejos de las posiciones Champions.

Tras la victoria del Sevilla ante el Alavés, nunca antes la distancia con la cuarta plaza Champions había estado por encima de los 30 puntos. Ahora han sido 34 para un Valencia que, de las cinco veces que no se metió en Europa desde 1999, cuatro fueron con Lim. Tampoco nunca la desventaja fue tan grande con la clasificación para la Liga Europa (-18). Una realidad que deprime a generaciones enteras de valencianistas, que jamás vieron al Valencia tan hundido.