En su búsqueda por reencontrar al Valencia más clásico, José Bordalás tiene claro qué necesita el conjunto blanquinegro: velocidad y vértigo, conectores emocionales para identificar al equipo con una grada educada en las carreras de velocistas como Pedja Mijatovic o el Piojo López, que sentaron cátedra al galope desbocado. El técnico alicantino tiene una primera expresa petición personal: Robert Kenedy Nunes Do Nascimento. El extremo brasileño, de 25 años y propiedad del Chelsea, plenamente aclimatado a LaLiga tras sus experiencias a préstamo esta temporada en el Granada, donde su rendimiento ya ha eclosionado, y el año anterior en el Getafe, a las órdenes de Bordalás.

A pesar de que no jugara tanto en el curso 19-20 con Bordalás, con solo tres titularidades y un rol recurrente de revulsivo de segundas partes, el entrenador valencianista es plenamente consciente de la capacidad potencial del jugador, que en la última temporada en el Nuevo Los Cármenes se ha consolidado como un jugador titular en uno de los equipos de moda del campeonato, como el Granada. Con Kenedy, extremo con pasado de delantero en su etapa formativa en Fluminense, el Valencia quiere asegurarse velocidad, desequilibrio y capacidad de sorpresa por las dos bandas.

En el Granada, Kenedy se ha consagrado como uno de los velocistas de LaLiga. Junto al valencianista Thierry Correia y Marcos Llorente, del Atlético de Madrid, Kenedy fue uno de los tres jugadores que alcanzó velocidades punta por encima de los 35 kilómetros por hora, situándose en una de las marcas más rápidas de la historia del campeonato español.

A la espera de lo que ocurra con Gonçalo Guedes, que desde la Eurocopa ya se refiere al Valencia en pasado y cuyo nombre está expuesto en el escaparate para equilibrar las cuentas, con Kenedy el Valencia no quiere perder explosividad en ataque. El extremo brasileño llegó a los 35,59 kilómetros por hora en una carrera de 73,91 metros para evitar un contragolpe del Cádiz en la jornada 34. Sin ser su faceta estadística más visible, Kenedy también tiene potencia rematadora y gol. El curso pasado repartió 8 entre los cuatro en LaLiga (en la que vacunó a Valencia y Levante UD), más otros dos en Copa del Rey y los dos restantes en Liga Europa. Ha sido un futbolista que, sobre todo en el tramo final de temporada, ha lucido en duelos importantes, como contra el Barcelona en Copa y frente al Nápoles en Europa, donde demostró que tiene buen pie para las asistencias, al contribuir con un pase de gol al 2-0 final cosechado contra los italianos en el Nuevo Los Cármenes.

La polivalencia es otra de sus virtudes, ya que puede actuar en los dos flancos del ataque e incluso, muy circunstancialmente, ha llegado a disputar algún partido de lateral zurdo. La última temporada ha puesto a Kenedy en el mapa de muchos equipos, después de una trayectoria europea en la que se ha ido fogueando en cesiones. Antes de llegar a LaLiga, Kenedy se fogueó en el Watford y Newcastle.

No se trata, en todo caso, de una operación sencilla. El Granada ha pedido al Chelsea extender otra temporada más la cesión pero Thomas Tuchel, el técnico del nuevo flamante campeón de Europa, tendría intención de verlo entrenar en pretemporada antes de tomar cualquier decisión definitiva. El interés del Valencia es firme, pero es una operación en una fase embrionaria, en la que todavía no se ha hablado de dinero, y que llevará tiempo.

Otra de las particularidades del futbolista pretendido está en su nombre, Robert Kenedy. Así decidieron bautizarle sus padres para rendir homenaje a Robert Kennedy, senador y fiscal general de los Estados Unidos, hermano del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy y que fue asesinado en 1968, con 42 años, cuando disputaba las primarias del Partido Demócrata para ser candidato a la presidencia de EEUU.