El Valencia ya ha contactado con el Valladolid para mostrarle su interés por hacerse con los servicios del jugador Marcos André. El conjunto de Pucela, recién descendido, necesita dar salida a futbolistas y como ya publicó SUPER, el brasileño es muy del agrado de Pepe Bordalás. Empieza ahora una negociación en la que el conjunto de Mestalla está casi obligado a encajar las piezas para darle a su nuevo técnico una herramienta que este considera muy útil y que, al margen de un refuerzo real, sería una declaración de intenciones y todo un detalle.

Tras cerrar la pasada campaña con cinco goles en su haber (el futbolista se perdió buena parte de la temporada al verse obligado a pasar por quirófano debido a una osteopatía de pubis de la que ya está totalmente recuperado), su potencial no ha pasado inadvertido ya que no solo el conjunto de Mestalla se ha fijado en él. De hecho, hasta siete equipos más de la máxima categoría del fútbol español, así como al menos uno ruso, se han interesado también por su situación de cara a una posible contratación este verano tras el descenso de su equipo.

No quiere jugar en segunda

Marcos André no quiere jugar la próxima temporada en Segunda División. Lo tiene claro. Ya militó en la categoría de plata en calidad de cedido por el Valladolid en el Mirandés en la temporada 19/20 en la que acumuló 38 encuentros y 12 goles que le valieron para dar el salto al primer equipo pucelano y en la que demostró que está para retos mayores. Se trata de un futbolista con un hambre incuestionable y que encaja a la perfección en lo que busca ahora la entidad de Mestalla. Está ante su gran oportunidad después de haber pasado anteriormente por los filiales de Celta y UD Logroñés, así como por el modesto club brasileño del Guaratinguetá, en el estado de Sao Paulo, y eso casi le obliga a aprovechar esta oportunidad. A Marcos le seduce la idea de seguir su trayectoria en España, más aún si es en un club grande y en una ciudad con mucho mejor clima que Valladolid como es València.

El Valladolid, por su parte, ve en el jugador una posibilidad de hacer caja. De hecho, se trata de un futbolista que le costó 450.000 euros en su día a la entidad blanquivioleta y que actualmente tiene una cláusula de rescisión de 25 millones de euros que es ciertamente ‘irreal’. En la coyuntura actual del mercado es impensable que nadie se pueda siquiera aproximar a esas cantidades, si bien eso tampoco significa que el Valladolid lo vaya a regalar ni muchísimo menos. En ese punto está ahora la negociación, que a tenor de las voluntades de ambas partes todo apunta a que se dirige a punto de encuentro que podría estar entre los cuatro millones y los cinco millones de euros, lo que supondría que la entidad del Nuevo José Zorrilla obtendría un 1000% de rentabilidad por el juegador en apenas dos años que ha estado en el club.

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El futbolista, mientras, ya está en Valladolid donde este lunes está citado para pasar las pruebas médicas con el equipo que esta temporada dirigirá José Rojo ‘Pacheta’ en su intento de regresar a la máxima categoría del fútbol español tras su descenso. Obviamente se personará y se pondrá a disposición del nuevo técnico vallisoletano, aunque el futbolista no ha ocultado que su intención es no continuar pese a tener contrato con la entidad hasta junio de 2023