Messi se proclama campeón de América con jugadores 'Made in Valencia CF'

Argentina, campeona de la Copa América

Argentina, campeona de la Copa América / SD

Pau Pardo

Argentina salió campeona de América después de 28 años de sequía. La travesía albiceleste desde que Gabriel Omar Batistuta batiese a Jorge Campos por partida doble en Guayaquil el verano de 1993 hasta hoy ha estado llena de sinsabores y un total de siete finales perdidas de forma consecutiva. Lo que parecía una maldición más férrea que la de Béla Guttmann sobre Benfica en competiciones europeas se rompió, al fin, la madrugada del pasado sábado en el inmortal Maracaná. Entre los protagonistas del histórico triunfo -tanto dentro del campo como en el staff técnico- se encuentran varias figuras sobradamente conocidas para el valencianismo. La que brilló por encima del resto fue, sin duda alguna, la de Rodrigo De Paul, quién no acabó de explotar en Mestalla, adónde llegó muy joven desde Racing Club de Avellaneda.

Tras su salida del Valencia C.F., su carrera no ha parado de cotizar al alza en Udinese, equipo en el que desembarcó pidiendo la ‘10’ de un mito como Antonio Di Natale y en el que se ha convertido en uno de los jugadores más carismáticos y estimulantes del Calcio. Ahora su futuro inmediato parece estar de nuevo en La Liga, concretamente en el Atlético de Madrid, debido a que gusta mucho a Simeone por su perfil “cholista” y su capacidad para generar fútbol.

El futbolista nacido en Sarandí se consagró definitivamente en el mejor escenario posible. Para la crítica argentina no cabe duda: fue el MVP de la final. Rotativos tan importantes como Clarín y Diario Olé le dieron una puntuación de 10 a su actuación y se rindieron a su fútbol. De Paul fue cancherismo y potrero, los dos perfiles más emblemáticos del fútbol argentino en uno solo, y cuajó un partido que lo definió como futbolista. Salió con Leandro Paredes en el “doble cinco” y desde él recuperó balones, fue pegajoso en la marca, armó juego y dio pases clave como la asistencia a Di María a la espalda de Renan Lodi o el envío a Leo Messi que lo dejó totalmente solo ante Ederson.

La mejor definición sobre el exvalencianista la dio, precisamente, Messi: "Es un jugador importantísimo por lo que nos da en el medio de la cancha, con y sin la pelota. Intentamos buscarnos y estar siempre cerca: por mi posición, por mi manera de jugar, por el sector de la cancha donde me muevo. Nos fuimos conociendo y la verdad es que me siento muy bien jugando con él". El socio buscado por el capitán albiceleste, palabras mayores y que reflejan el peso específico que ha tenido en el campeonato.

Messi y la foto con su ídolo

Si el ídolo de De Paul es Messi, el principal referente del actual mejor jugador del mundo siempre fue otro valencianista: Pablo César Aimar. Una de las fotos más emotivas de la celebración del título la protagonizaron, de hecho, ‘el payaso’ y el propio Messi: un selfie que destila admiración mutua. El mítico ‘21’ del Valencia forma parte del cuerpo técnico de Leonel Scaloni y ha sido una pieza importante dentro del equipo de trabajo del combinado argentino. El atacante barcelonista le pidió la camiseta cuando era un debutante y se enfrentó Aimar hace ya casi dos décadas y durante este verano ha sido una figura de máxima confianza para él dentro del staff.

Otamendi y Ayala, perfiles idénticos

Otra de las instantáneas de la celebración fue la que reunió a Nicolás Otamendi con Roberto Fabián Ayala. El central benfiquista posó con el ‘Ratón’ después de erigirse como el líder de la defensa argentina durante toda la Copa América y de rubricar su torneo con una defensa insuperable para los malabaristas brasileños. Bronco y expeditivo, volvió a ser el fiel reflejo de Ayala en la zaga, una comparativa muy recurrente entre la afición valencianista. El veterano marcador central ha sido uno de los principales jerarcas de un joven combinado nacional. Al acabar el partido, Messi publicó una fotografía en sus redes sociales con Di María, Agüero y el propio ‘Ota’, en la que adjuntó una frase: “La Vieja Guardia”.

El que fuese central titular en la época dorada del conjunto blanquinegro a principios de siglo también forma parte del cuerpo técnico de Scaloni y en su día fue quién cerró el fichaje de Otamendi para el Valencia C.F., cuando obraba en calidad de Secretario Técnico. Sus caminos siempre han estado vinculados de alguna manera y la fotografía de campeones demostró esa estrecha relación.