Valencia y Villarreal han levantado el telón de su pretemporada con un amistoso en Oliva que ha servido para atisbar detalles de lo que este nuevo Valencia puede o pretende llegar a ser. Ante un rival hecho y con identidad, el equipo de Bordalás ha sido inferior en algunas fases, pero ha acabado siendo netamente superior a su rival y logrando un triunfo in extremis que aunque no tiene excesivo valor real, seguro que sí lo tiene anímico y moral. Su nuevo estilo le ha bastado para dar muestras de su firme intención de competir hasta en las pachangas de entrenamiento. Esa es la sensación.

El partido ha servido para empezar a ver las primeras señas de identidad de este nuevo Valencia que durante muchas fases de encuentro ha mantenido el bloque altito en fase defensiva con una estructura definida de 1-4-4-2. Mientras las fuerzas le han dado, en tres cuartos de campo el equipo de Bordalás ha tratado de empezar a incomodar al de Emery y aunque en fase ofensiva se ha visto menos, también se ha detectado algún desplazamiento en largo que ha intentado aprovechar cerrando el rechace y buscando hacer daño en segunda jugada.

Apenas ha tenido tiempo el nuevo técnico valencianista para dejar su impronta, es verdad, pero el choque sí que ha servido para ver a Alderete por primera vez luciendo la camiseta valencianista y extraer alguna conclusión. Central zurdo y con planta, esos desplazamientos con el empeine plano a los que antes se hacía mención han salido de su bota izquierda, aunque sin duda lo que llama de él la atención es su contundencia.

El partido ha servido para empezar a ver las primeras señas de identidad de este nuevo Valencia

No hace prisioneros. Una vez que se ha visto desbordado en banda no ha dudado en sacar la cadera a pasera y tumbar a Yeremi sin titubeos. Sin entrar a valorar si con eso le bastará para triunfar en el Valencia, lo que parece es que va a infundir respeto. Démosle tiempo.

Igualdad en la primera mitad

El suyo era uno de los nombres propios del encuentro, aunque en la primera formación inicial de Bordalás como técnico valencianista ha llamado la atención también ver a Hugo en el centro del campo -en parte puede ser porque no hay más- y a Yunus Musah en punta junto a un Rubén Sobrino activo y voluntarioso, pero al que todavía parecen faltarle cosas para ser el delantero del Valencia.

Una colada de Musah por el perfil izquierdo ha sido lo más inquietante del conjunto valencianistas en la primera parte, mientras que el Villarreal ha avisado en un cabezado de Fer Niño y un disparo de Ontiveros. El partido no ha tenido ritmo, es verdad, pero sí temperatura.

Ambiental y de la otra, ya que a medida que se aproximaba a su ecuador ha visto como Correia y Alberto Moreno se enzarzaban en una tángana que ha llevado el choque a la pausa de hidratación primero y casi al descanso, pero antes ha llegado el primer gol groguet. Un exceso de confianza de Jesús Vázquez le ha costado una pérdida en área propia que Rubén Peña ha aprovechado para sacar un disparo con rosca que se ha estrellado en la madera y que Alberto Moreno ha finalizado en segunda opción. Con ese tanto (0-1) se ha llegado al descanso.

El Villarreal CF, de más a menos

En la segunda parte, tras un carrusel de cambios, mayor control del Villarreal y dos acciones que bien se pueden tildar de declaración de intenciones valencianista. Han sido sendas recuperaciones en tres cuartos de campo, una de Fran Pérez y otra de Correia, que, aunque se han saldado sin consecuencias, por lo menos han dado muestras de lo que esto pretende o puede llegar a ser.

En ese segundo acto otro despeje blandito de Diakhaby casi le cuesta el segundo tanto en contra al Valencia -o corrige esas lagunas o lo va a tener crudo este año-, que sí que ha llegado tras la lesión muscular de Piccini (el italiano había entrado en la segunda parte y se ha dañado la musculatura isquiotibial) en una falta lateral botada en corto por Parejo y que Cuenca ha rematado (2-0) en el m. 61. Falta de intensidad evidente que también hay que corregir.

Reacción del Valencia CF ante el Villarreal CF

La reacción valencianista ha llegado casi de forma inmediata en otra presión elevada que esta vez sí ha aprovechado Manu Vallejo para ganar una pelota en la frontal y batir a Filip. El chiclanero, sin ser Garrincha, tiene algo y ese algo es que, básicamente, las mete. Ojalá este año se le pueda sacar más rendimiento.

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Ese tanto ha hecho que se llegase con algo de emoción al tramo final -toda la que permite un bolo estival de esta naturaleza- de un encuentro en el que Yunus ha dejado arrancadas de pura potencia más ruidosas que efectivas, y en el que un remate poco ortodoxo del atacante valencianista ha parecido impactar en la mano de Millán. El colegiado ha sancionado penalti y Manu Vallejo, de nuevo con sencillez y efectividad, ha empatado desde los once metros (2-2).

El Valencia ha llegado a la recta final mejor que su rival y lo ha aprovechado en la última acción del choque, en la que Cheryshev ha rematado en difícil escorzo un centro de Jason desde la derecha para hacer el 3-2 y cerrar el marcador. Victoria valencianista y primera piedra, aunque queda mucho que mejorar.