Carlos Soler regresa de la selección convertido en uno de los centrocampistas del momento en Europa. El 10 del Valencia y del combinado español ha empezado la temporada como un cohete. Cinco goles en seis encuentros y pieza indiscutible para José Bordalás y Luis Enrique Martínez, que no le ha movido de la alineación titular en los tres trascendentales partidos clasificatorios de España. Siempre sacrificado y útil para el colectivo, la aportación goleadora ilumina el fútbol de Soler, le da el salto cualitativo y de imagen definitivo. El portal estadístico WhoScored ha colocado a Soler en el «once» ideal del mes de agosto en LaLiga. Una alineación con sabor valenciano, ya que además del segundo capitán blanquinegro se hayan dos de los rivales del próximo fin de semana, los osasunistas Nacho Vidal y Lucas Torró, de El Pinoso y Cocentaina.

La inspiración goleadora de Soler genera un debate táctico. Aunque su juego ha ido ganando en matices, estando cerca del área y de posiciones de remate la incidencia sobre el equipo se multiplica por su facilidad innata para el gol, que siempre le ha acompañado a lo largo de su carrera. Su versatilidad le permite encontrar acomodo en todos los dibujos, si bien es bajo el 4-3-3 de la selección española en el que más beneficio goleador encuentra. Apoyado con otros dos mediocentros de perfil experto, en este caso Busquets y Koke, Soler pisa área con más frecuencia y con más peligro. Su rendimiento con la Roja guarda parecido con su explosión inicial en el Valencia CF, en la segunda vuelta de la temporada 2016-17, con 18 años y Voro González en el banquillo. En aquella época, bien complementado con Parejo y Enzo Pérez, se liberaba la capacidad atacante de Soler, que marcó goles de muy buena factura y sobre todo cruciales para enderezar el rumbo clasificatorio del equipo.

De regreso al Valencia, Bordalás no se ha mostrado excesivamente partidario de retocar su clásico 4-4-2, pero el encaje de Soler partiendo desde la banda no ha menguado su potencialidad goleadora. La presión alta y la llegada de muchos efectivos al remate aumenta las probabilidades de gol del canterano, que en cada partido se ve en situaciones favorables de embocar portería. Su gol frente al Alavés es una buena prueba. El centro lateral de Gayà lo llega a cazar en semifallo Gonçalo Guedes y encuentra en posición de remate a Wass y al propio Soler, sin contar a Maxi Gómez, que estaba cerca. Sus galones han aumentado y no solo con el dorsal, sino también al haberse consolidado ya como el primer lanzador de faltas, saques de esquina y, por supuesto, penaltis.

Con 24 años, camino de los 200 partidos oficiales, Soler es un centrocampista que luce, que atrae a clubes de primer orden cuyo apetito aumenta con la cercanía del final de su contrato, en junio de 2023, al igual que el otro emblema, José Luis Gayà.

El marcaje internacional ha empezado y Soler representa un objetivo apetecible para campeonatos de fortaleza financiera, como la Premier League, en la que encaja muy bien su perfil de centrocampista llegador. Su compromiso y su valencianismo de cuna están fuera de toda duda, pero el Valencia deberá mover ficha con el aval de un proyecto solvente.