El final más cruel posible se escribió en Mestalla en una de esas noches con un guión de película. El Valencia de Bordalás se sobrepuso a todo y a todos hasta el minuto 86. Gayà de inicio, lesionado y fuera de la lista, Soler y Correia KO antes del minuto 20 y una roja clara perdonada a Casemiro antes del descanso ya mostraban que la victoria no iba a ser algo sencillo. Cada problema se solucionó con intensidad y fútbol. Con un equipo que volvió a ser reconocible y que encontró la guinda en un golazo de Hugo Duro que hacía estallar a la grada.

La afición disfrutaba y se veía líder a escasos segundos para el final del choque pero la diosa fortuna no iba a estar del lado valencianista. Vinicius y Benzema sacaban petróleo de dos acciones puntuales y silenciaban un estadio que volvió a rugir con el final. Da igual que el triunfo se escape. El Valencia ganó ante el Madrid algo más que tres puntos. Se llevó otro argumento más para pensar que el camino es el correcto. Porque si hay que perder que sea así.

Bordalás tenía claro el plan de partido desde el arranque. Presión alta, ataque rápido tras robo en campo rival y líneas juntas cuando el Madrid pisaba campo propio. Cada acción defensiva se celebraba en Mestalla como si de un gol se tratara. El factor campo ahogó al Madrid y lo empequeñeció hasta el punto de rifar el balón para no complicarse. Pero de pronto el plan, como si la lesión de Gayà no fuera suficiente, añadió un punto más de dificultad. Carlos Soler, uno de los protagonistas del arranque de curso en España, se rompió y miró al banquillo con el gesto serio. Se probó un par de veces pero no había solución. Una falta de Casemiro le dejó KO y abandonó el campo con problemas musculares. El técnico apostó por Yunus y, cuando todavía no le había dado tiempo al estadounidense a entrar en calor, Thierry se unía al drama de las lesiones. Un problema más para Bordalás, que apostaba por Lato en izquierda para poner a Foulquier en el lateral diestro.

Entre tanta lesión, incluida la de Carvajal en el Madrid, el partido vivió una montaña rusa con intensidad en el juego y parones cada cinco minutos. No le sentó mal ni mucho menos a un Valencia que dominó el escenario como nadie. Solo Benzema y Hazard, a la espalda del Guillamón-Wass, amagaban con hacer daño pero cuando empezaban a arrancar aparecían Paulista y Alderete. Mención especial para el paraguayo. No había un duelo que no terminara con Mestalla en pie y la sensación de que poco a poco el equipo se imponía también en campo rival. Y ahí llegó la primera polémica. Maxi Gómez ganó el espacio a Alaba y cuando encaraba a Courtois terminaba en el suelo en una jugada que tuvo que revisar el VAR. Un aviso de lo que estaba por venir. Guedes, Hugo Duro e incluso Yunus, que con un disparo también intimidaba a Courtois, enseñaban los dientes y cuando mejor estaba el Valencia terminó la primera parte.

Espectacular inicio en la segunda mitad

A los hombres de Bordalás les dio igual todo. Las lesiones, el final del primer tiempo o una roja que mereció Casemiro y que se quedó guardada en el bolsillo del árbitro (luego se acordarían de ella). Hugo Duro avisó en el 46' de que la noche iba a estar en sus pies. Antes sin embargo la tuvo Guedes, con la mejor ocasión hasta el momento, en otra muestra de que el Valencia estaba comiéndose a un Madrid venido a menos. Ni rastro del Vinicius del arranque de curso, merendado por Thierry al inicio y Foulquier hasta el 1-0. Tampoco de Fede Valverde o Hazard, a quien Alderete les dio una buena carta de presentación. Y con el campo inclinado hacia la portería de Courtois el gol era cuestión de tiempo. La primera página de la historia entre Hugo Duro y Mestalla se escribió con el delantero vestido de azulón. La segunda estaba clara. En la primera noche grande del '19' 'tocó en Hugo Duro'. ¡Vaya si tocó! Un centro desde la derecha, un despeje amigo de Lucas Vázquez y un golpeo con la izquierda para batir al meta blanco.

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El Madrid estaba grogui y casi en la lona pero cuando el árbitro estaba cerca de contar diez aparecieron dos zarpazos de Vinicius. La fortuna del brasileño y un error de Mamardashvili cambiaron completamente un desenlace que parecía dejar los tres puntos en casa pero que acabó con Benzema dando la vuelta al marcador. Antes, Vinicius había encontrado en un rebote de Foulquier el camino al gol. Injusto por fondo y forma. A partir de ahí el equipo de Bordalás empezó a sufrir esos cambios del arranque de partido que tuvo que hacer por las lesiones de Correia y Soler. Sin factor sorpresa desde el banquillo, los de dentro no tenían esa 'ayuda' extra en forma de revulsivo. El equipo de Ancelotti todo lo contrario. Los cambios sí activaron a los blancos y los dos protagonistas del primer gol firmaron la remontada. Un centro con rosca de Vinicius acabó con el '9' blanco firmando el triunfo y con Mestalla sin explicación para la derrota. Duro golpe a un partido impecable al que le sobraron cinco minutos. Eso sí, nada que reprochar a un equipo con alma y con hambre. La 'Bordaleta' está más viva que nunca.