Al plan perfecto le sobraron cinco minutos

La hoja de ruta de ambos equipos estaba clara desde el minuto uno. Los datos además ya mostraban cuáles eran las fortalezas y debilidades de Valencia y Madrid antes del duelo de Mestalla. Los blancos llegaban como el equipo con más tiros a puerta, una elevada posesión y como debilidad por encima de promedio en tiros en contra a su portería. Por su parte, el Valencia como un equipo con menor posesión, pero una gran efectividad arriba.

Con ese contexto, el encuentro parecía tener un guión claro y al final se cumplió con el pronóstico. La posesión la ganó el equipo madrileño con 58.27 por cien con picos a partir del minuto 60 de un 72, superó en tiros (18) de los cuales 11 fueron dentro del área con un 45 por cien de éxito. Y como ya pasó antes del choque de Mestalla, el Madrid volvió a anotar sus goles desde dentro del área. Por el lado valencianista la relación tiro a puerta/gol disminuyó aun teniendo los mismos datos que en Pamplona: 11 tiros de los cuales 4 a puerta. Y la idea de las posesiones no varió: entre 0”-10”, 57 de las 78. El objetivo estaba claro: ser verticales.

El Valencia salió juntito y con el objetivo de no abrirse en exceso. A partir de ahí fue desarrollándose un partido en el que los duelos ganadores disminuyen al iniciarse la segunda parte, las recuperaciones por minuto se reducen desde el gol de Hugo Duro de 0.27 a 0.10, siendo el partido que más recuperaciones altas realizan de la temporada (18), y el número de faltas totales son 13 con una solo en los últimos 20 minutos de partido.

Con la última ventana de sustituciones se producen tres cambios transformándose el equipo en un 1-4-2-3-1. Las distancias entre líneas se reducen a 41 metros, pero la clave está en la distancia hacia Mamardashvili, que se reduce de un bloque medio a bloque bajo, aunque el posicionamiento medio de Marcos André es el más elevado de todos los jugadores en el partido. En este contexto se requiere de unos mecanismos diferentes en fase defensiva. Ahí ante centros laterales las ayudas en exterior son vitales (extremos/laterales), ya que con el juego interior controlado adquieren mayor importancia esas vigilancias.

El Madrid aumentó en los 20’ finales los centros, un total de 19 y 26 por cien de éxito y en un pasillo, el derecho, como gran amenaza con un 63 por cien. Y al final dos de los mejores futbolistas en lo estadístico volvieron a ser importantes para el conjunto de Ancelotti. Benzema y Vinicius llegaban al partido como los dos jugadores con mejor registro en tiros/tiros a puerta y tiros a puerta/goles, y para desgracia del equipo de José Bordalás aparecieron.