Diakhaby cumple con nota tras un recibimiento hostil

El central francés saltó al campo entre pitos y abucheos para empezar su puesta a punto pensando en el Camp Nou y completó un buen partido a pesar del ‘acoso’ de la afición local

Diakhaby, en el Cádiz-Valencia

Diakhaby, en el Cádiz-Valencia / SD

Rafa Jarque

Alrededor del minuto sesenta del Cádiz-Valencia, José Bordalás decidió dar entrada al césped del Nuevo Mirandilla a Mouctar Diakhaby para sustituir a Omar Alderete, que jugaba desde el minuto trece con una tarjeta amarilla. El paraguayo no podrá jugar contra el Barça la próxima jornada y el míster quiso darle minutos al francés para su puesta a punto pensando en el Camp Nou. 

La ‘bienvenida’ del Mirandilla a Diakhaby no fue digna de admiración, ni mucho menos. Lejos de olvidar el terrible altercado ocurrido la temporada pasada entre el central del Valencia y Juan Cala, la afición gaditana ofreció una soberana pitada al espigado futbolista en cuanto pisó el verde del estadio.

Los abucheos no quedaron ahí. Desde ese mismo instante hasta que el colegiado del encuentro indicó el final del mismo, los aficionados locales increparon a Diakhaby cada vez que este entraba el contacto con el balón. Tanta era la poca elegancia de los presentes en el Mirandilla, que incluso Bordalás dejó un gesto muy poco habitual en los entrenadores de primer nivel.

El alicantino, en defensa de su futbolista, mandó callar con gestos a la afición de manera ostensible y continuada. Sin embargo, la acción del entrenador del Valencia no provocó que los gaditanos cedieran en su empeño y los silbidos siguieron siendo un actor protagonista durante el resto del encuentro. 

Mente fría de Mouctar

Ni la inactividad ni los abucheos constantes hicieron que Diakhaby cuajara un mal partido. De hecho, ocurrió todo lo contrario. El francés estuvo cómodo y muy sereno. El primer balón que le llegó fue para recortar con una tranquilidad pasmosa a Pedro Benito y posteriormente sacar el balón jugado.

Demostró calidad y toque pocos minutos después, amortiguando una pelota llovida del cielo y soltando de inmediato el cuero hacia un compañero. El Cádiz no exigió demasiado y la tarea de la pareja Paulista-Diakhaby radicaba en mantener la posesión y anticiparse a las pocos pases que los locales intentaban meter con peligro. El francés aprobó con nota ambas tareas y no se complicó la vida en ningún momento. 

De una gran acción defensiva suya nació la última gran oportunidad del Valencia para abrir el marcador. Diakhaby cortó de forma sublime una contra que prometía ser peligrosa y, tras ello, se aventuró incluso a incorporarse al ataque en busca del gol de la victoria.

Tras una buena combinación del equipo en ataque, la jugada concluyó con un remate de Guedes que por poco no se convirtió en el tanto que llevaba los tres puntos a Mestalla.

Diakhaby finalizó el partido con una tarjeta amarilla por protestar ostensiblemente al árbitro después de que no señalara una falta lateral sobre Toni Lato en la última jugada. Casualmente en esa acción acabó forcejeando levemente con Juan Cala.