Carlos Soler no podía imaginarse que la noche en la que el papá de un compañero suyo lo invitó a ver un partido del Valencia desde el palco vip de Mestalla tendría la oportunidad de conocer en persona a uno de sus grandes ídolos, David Silva. El canterano, que hoy por hoy es capitán general en el Valencia CF de José Bordalás, por aquel entonces era solo un niño más que soñaba con ser futbolista y pese a que siempre ha sido un talento señalado por los técnicos de Paterna absolutamente nadie, ni siquiera los que mejor lo conocen, se atrevían a adivinarle una irrupción en los términos en los que ha explotado en la élite.

Tenía 10 añitos y destacaba en el alevín de primer año. Poco después sería elegido mejor jugador del torneo de Arona y ese fue, probablemente, el primer gran paso de su prometedora carrera. Jugaba todavía como atacante, al igual que el canario -años más tarde iniciaría un proceso de transformación que culminó Baraja reubicándole en la posición de mediocentro- y curiosamente su apodo era ´el Chino´, también como David Silva. El ahora jugador de la Real Sociedad lo heredó de su mamá, ´la China´. La razón por la que Soler fue rebautizado con ese mote cariñoso salta a la vista nada más contemplar sus rasgos.

Ese, en resumidas cuentas, fue el marco de la fotografía a la que ha tenido acceso SUPER y que acompaña estas líneas. Soler admiraba al '21' y justo después del partido se acercó a él con timidez para pedirle una foto. El futbolista todavía a día de hoy conserva el documento y forma parte de uno de sus recuerdos más entrañables. ¡El día que compartió unos instantes con su ídolo! Unos cuantos años después de aquel episodio, la fotografía se resuelve casi como un traspaso de poder. Soler, cuya renovación con el Valencia CF ya está en marcha, ha ido creciendo a pasos agigantados hasta ser el nuevo líder emergente que, junto a Gayà, ilustran al valencianismo con los genes de Paterna.

Soler, el sueño de triunfar en Mestalla como Silva

Soler -solo hace falta ver cómo brillan sus ojos, llenos de ilusión- soñaba con ser algún día como Silva, era toda una referencia para él y hoy, más de una década después, puede presumir de que está consiguiéndolo. El canterano recoge el testigo de la ilusión y de la capacidad creativa que exhibió el de Arguineguín en Mestalla durante las cuatro temporadas en las que estuvo en el primer equipo antes de marcharse a la Premier League previo pago de 33 millones de euros.

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Los consejos de Voro

Pese a que fue Prandelli quien le hizo debutar en el último partido antes de su dimisión, Voro fue más tarde la persona que apostó de lleno por el canterano, incluso, llegando a convencer a Layhoon para que Valencia le hiciera el contrato profesional. El técnico le aconsejó a diario para que fuera cada vez mejor futbolista y lo mejor de todo es que su progresión, ahora que ya ha sido internacional absoluto, no ha hecho más que comenzar.