Las dos caras del Valencia CF contra el Mallorca

Las dos partes evidenciaron dos guiones de partido muy distintos. La segunda mitad el equipo de Bordalás vivió volcado

Dos partes, dos caras.

Dos partes, dos caras. / F. Calabuig

El duelo del sábado en Mestalla tuvo dos partes radicalmente distintas. Una primera en la que el Mallorca fue muy superior, en la que salió muy cómodo de la presión y encontró muchas vías para hacer daño al Valencia CF, logrando llevarse una renta de dos goles al descanso. Y una segunda en la que los cambios espolearon al equipo y la expulsión de Kang In llevó el choque a otras latitudes, viviendo los valencianistas muchos minutos volcados sobre el área rival. Los datos estuvieron muy condicionados por los diferentes giros del guion del partido.

El equipo de Bordalás dispuso de una posesión general del 70 por cien, pero alcanzó picos de hasta el 77 por cien en la primera mitad. Pero la gran pregunta es: ¿Cómo gestionó el equipo el control del partido desde la posesión? En la primera parte los datos ocultan el ideario: verticalidad, finalización e intensidad.

Por lo que respecta a la verticalidad, Cillessen firmó su mayor participación de la temporada con un total de 24 pases y 14 cesiones. Fueron determinantes lo pases laterales (209 en total) y hacia atrás. En el centro del campo Uros Račić participó en 24 pases, seis de ellos hacia detrás con una efectividad del 33 por cien, o nueve laterales. Es decir, al equipo le faltó mucha verticalidad a la hora de atacar y esto repercutió directamente también en la finalización.

De los 44 centros (máximo registro del Valencia esta temporada), solamente el 22.7 por cien fueron en la primera mitad. Gayà fue el líder del equipo en este parámetro con once intentados de los cuales cuatro fueron efectivos. La métrica de disparos fue todavía más reveladora: de 19 disparos totales a lo largo del partido, la friolera de 15 fueron en la segunda mitad, lo que hizo aumentar la cifra de goles esperados (xG, la estadística que mide cuantos goles se esperan en un partido en base a una serie de datos) de 0.23 a 1.32.

Y por último, la intensidad. Los goles esperados para el Mallorca (0.60) indican que el Valencia concedió más de lo que los baleares produjeron. En la primera parte el equipo estuvo muy debajo de duelos ganados, un dato que cambió en la segunda parte. El cuadro balear atacó el 16 por cien de las veces por el pasillo exterior derecho y un 81 por el centro. Los de Luis García Plaza detectaron la debilidad valencianista por dentro contra un centro del campo que no estuvo a un nivel muy elevado con Racic y Wass totalmente superados.

Los datos de la segunda mitad hacen ver la ligera mejoría del equipo en intensidad, finalización y verticalidad, también condicionadas en gran medida por la expulsión de Kang In Lee que llevó al Mallorca a retroceder y le condicionó a la hora de ir a los duelos y tratar de buscar robos de balón para salir a la contra.