La desastrosa racha de siete partidos sin ganar por la que atravesó el Valencia durante más de un mes hizo que el equipo cayera de los puestos europeos en los que campeaba durante las primeras jornadas, gracias al fulgurante inicio de temporada. El pasado sábado ante el Villarreal, los chicos de Bordalás rompieron la tendencia negativa y volvieron a la senda de la victoria, como no podía ser de otra manera, en Mestalla. Aunque el técnico alicantino no quiera admitirlo públicamente, ya están los jugadores para recordarlo. El objetivo del equipo es volver a los puestos europeos y el rendimiento del equipo en Mestalla se antoja clave para ello.

De hecho, los números conseguidos hasta ahora cuando el conjunto blanquinegro juega en su propio estadio invitan a soñar con el ansiado objetivo europeo. Tres victorias, dos empates y una única derrota en los seis duelos que el Valencia ha competido en la Capital del Turia. Es decir, once puntos. Un balance que le colocaría en el séptimo lugar de la clasificación si solo se tuviera en cuenta los partidos como local de cada uno de los quipos de LaLiga. Con los mismos puntos que el sexto y cuatro menos que el líder.

La asignatura pendiente de este equipo de Bordalás sigue siendo trasladar fuera de casa el rendimiento que alcanza como local, donde se siente arropado por una afición incomparable. Tras salir del atolladero ante el submarino amarillo, el Valencia jugará dos de los tres partidos del mes de noviembre en casa, lo que supone una gran oportunidad para que el conjunto valencianista consiga una buena cantidad de puntos y vuelva a dar un salto en la tabla que le permita rondar los puestos que rondaba en las primeras semanas de competición. Es decir, los puestos europeos. Tras el partido del próximo domingo a las 16:15 ante el Atlético de Madrid en Mestalla, el Valencia viajará a San Sebastián tras el parón de selecciones para posteriormente cerrar el mes de nuevo en el feudo valencianista ante el Rayo Vallecano.