Un solo paseo por el pueblo aragonés de Utrillas en las horas previas del partido entre su equipo y el Valencia CF sobran para comprender la grandeza de estas primeras rondas de la Copa del Rey. Bares a reventar, familias al completo equipadas con la bufanda blanquiazul, bengalas y mucha animación han marcado la preparación de la hinchada para el partido más importante de su historia.

La jornada, que empezó con un hermanamiento entre los aficionados utrillenses y los valencianistas desplazados en la Plaza del Ayuntamiento con cánticos al equipo y solidaridad en las protestas como Peter Lim se trasladó en las horas posteriores a los aledaños del estadio y allí estalló.

Bombo y megáfono en mano la previa se fue calentando paulatinamente hasta su punto álgido, el recibimiento de la afición a sus jugadores. Sin las estridencias ni los caros neceseres del fútbol de élite, pero con la ilusión desbordante de quiénes afrontan una cita sin precedentes. Los futbolistas del Utrillas entraron a La Vega engullidos entre su gente -que incluyó a los seguidores valencianistas en la muchedumbre- y con los decibelios al máximo. El Valencia CF, claro favorito en la eliminatoria, se enfrenta a un pueblo que respira fútbol por los cuatro costados.