De pequeño jugaba a los botones en un asilo soñando que era el sexto de la delantera eléctrica. Casi un siglo después, lucha para que los niños de ahora no pierdan esa ilusión por culpa de Meriton. SUPER visitó a Pepe en el barrio de Benicalap para conocer su historia de amor al Valencia de 91 años «y medio».