Contra todos los pronósticos y en el peor de los contextos, río arriba como un salmón, el Valencia de José Bordalás ha ido remontando en la clasificación y cerrará la primera vuelta con perspectivas de luchar por Europa. Con la remontada frente al Levante UD (3-4), el conjunto valencianista es séptimo con 28 puntos, con 7 victorias, 7 empates y 4 derrotas. Justo los mismos guarismos que hace dos campañas (19-20), con Celades en el banquillo, pero con unas sensaciones distintas. Por entonces, pese a conservar la base del equipo campeón de Copa, la inestabilidad de las salidas de Marcelino y Mateu Alemany habían dejado herido un proyecto que iría a menos. Por contra, el Valencia crece habiendo sorteado dificultades y limitaciones, las de un proyecto estancado y con el estridente ruido de fondo de una convulsión social que ha llegado a su máximo apogeo en la grada y en la calle.

Bordalás se ha colocado en la órbita de las competiciones continentales pese a los inconvenientes de una plantilla descompensada en el fondo de armario y que se ha visto muy afectada por las lesiones. Los picos de rendimiento han sido muy acusados. El equipo empezó con un promedio de puntuación alto en las primeras cuatro jornadas (10 puntos de 12), en partidos de alta intensidad física y puestas en escena ambiciosas, con presión alta y mucho desgaste. Las primeras lesiones coincidieron con un tramo crítico de calendario (derrotas ante Madrid, Sevilla y Barcelona), que acabaron por romper el equilibrio defensivo de un Valencia muy expuesto que pasó a encajar excesivos goles y a obligarse a un sobreesfuerzo atacante para sumar empates en los últimos minutos, como en los duelos ante Athletic Club o Mallorca. La goleada encajada frente al Betis hizo tocar fondo al equipo y Bordalás cambió el plan priorizando la seguridad defensiva, regresando a la proverbial imagen áspera con la que se asocia el sello del entrenador alicantino. La victoria ante el Villarreal (2-0) fue el punto de partida que dejó un mensaje, en las quejas de Unai Emery por el planteamiento reactivo y contragolpeador de los de Mestalla («si el equipo contrario no quiere bailar...»). Desde entonces se han sumado 15 puntos de 21, en duelos en los que el Valencia no ha logrado plasmar una arrolladora superioridad, en los que ha tenido que remontar resultados adversos, en los que cae sorprendido por su rival en los primeros minutos de los desplazamientos, pero en los que no da nunca su brazo a torcer y acaba decantando la balanza por coraje y compromiso grupal.

Jugadores a la altura

El espíritu de superación del equipo ha despertado un grado de identificación muy alto con la afición, que ha pautado los partidos de Mestalla distinguiendo los momentos de protesta contra Peter Lim con el apoyo al equipo. En mitad de las incertidumbres, se ha consolidado el liderazgo carismático de José Luis Gayà y Carlos Soler, se han recuperado jugadores para la causa como Diakhaby, fichajes como Hugo Duro se han aclimatado al instante con un máximo provecho en su rendimiento, y ha emergido la versión alegre de los futbolistas más talentosos que quedan, como Gonçalo Guedes. El extremo luso, con más libertad de movimientos que en años anteriores, ha superado en solo media vuelta sus mejores registros goleadores que en campañas precedentes, con seis tantos, además de cinco asistencias.

Gráfico del Valencia con los últimos entrenadores SD

Sin embargo, pese al buen rendimiento y la excelente conexión con la grada, el Valencia da la imagen de ser un bloque que rinde por encima de sus posibilidades. Para consolidar expectativas será clave fichar en el mercado de invierno. El Valencia, con cuatro porteros y sin embargo ningún mediocentro defensivo específico, presenta una evidente necesidad de fortalecer el pasillo de seguridad, en la línea de centrales y en el doble pivote del centro del campo. Con las cuentas algo vitaminadas con el préstamo del fondo CVC, habrá que ver qué movimientos realiza Lim para satisfacer las peticiones de Bordalás. En juego está Europa, un objetivo que no solo reporta prestigio sino también una importante vía de ingresos.