Para los necesarios fichajes que refuercen la vocación europeista del Valencia de Bordalás, antes el club deberá habilitar espacio y margen salarial en forma de salidas. El club ya trabaja en esa dirección desde hace semanas y parecen definidas las prioridades de mercado. Aunque no todos los casos ya han sido comunicados personalmente, el Valencia quiere buscar destino a los jugadores que menos han contado, como el guardameta Cristian Rivero, el interior Álex Blanco, así como el delantero Manu Vallejo.

El caso de Rivero es uno de los más urgentes. El primer equipo cuenta con un evidente overbooking de porteros y el meta de Gandia, a sus 23 años, necesita minutos de juego. Sus condiciones y proyección gustan en el club y en anteriores ventanas de mercado se estudió su salida como cedido. La continuidad de Cillessen, la irrupción sorpresiva de Mamardashvili y la continuidad de Jaume Doménech han bloqueado su paso.

Por otro lado, a Jason Remeseiro todavía no se le ha comunicado personalmente ninguna decisión, pero su participación en el equipo ha sido hasta el momento residual, con 72 minutos repartidos en cinco partidos, a pesar de su versatilidad táctica y las continuas bajas sufridas por el equipo en la banda derecha. Es un jugador con mercado. En el caso de Álex Blanco, su situación parece más clara, al no haber disputado ni un solo minuto en LaLiga ni en la Copa, donde fue convocado en las dos eliminatorias precedentes contra el Utrillas y el Arenteiro.

Por último, Manu Vallejo goza de buen cartel de mercado. Su participación en el Valencia ha sido esporádica, a pesar de que era uno de los futbolistas que salió reforzado de la temporada pasada, más bien discreta a nivel colectivo. En su primera campaña como valencianista anotó 5 tantos, una cifra escasa pero valorada por la afición porque siempre sirvieron para sumar puntos. El gaditano se adaptó a un rol secundario de revulsivo en segundas partes que apenas se ha explotado en esta temporada, en la que Marcos André ha sido la primera opción para salir desde el banquillo en busca del gol.

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Con la misión ineludible de reforzar el centro de la zaga y el mediocentro defensivo, el Valencia debe encontrar margen en un fair play financiero escuálido, que en apenas tres años ha pasado de los 160 millones a los 30, la cifra más baja de todos los equipos de la primera división.

En otro orden, no se prevén sorpresas respecto a salidas a corto plazo de jugadores claves. El buen nivel de futbolistas como Gonçalo Guedes o Jasper Cillessen, rehabilitados bajo el mando de Bordalás, puede ser materia de mercado en la ventana de verano.