Por unas uvas en Champions

Bordalás puede hacer realidad lo que parecía imposible. Su equipo acabará el año en la cuarta plaza si gana al Espanyol

Alderete supera un pasillo de sus compañeros durante un entrenamiento

Alderete supera un pasillo de sus compañeros durante un entrenamiento / Francisco Calabuig

Andrés García

Andrés García

Y lo bonito que sería comerse las uvas esta noche en los puestos Champions. No hay mejor forma para entrar al Año Nuevo que ganar al Espanyol en Mestalla y catapultarse a la cuarta plaza de LaLiga. Algo que parecía imposible hace unos meses y que José Bordalás ha hecho realidad. El valencianismo se merece una alegría así. Aunque solo sea por un día. Atrás queda un 2021 de muchas penurias deportivas y todavía más tensión social. Hoy más que nunca, hay que brindar por un 2022 mejor. 

El Valencia acabará el año mirando arriba con el objetivo de reforzar sus aspiraciones europeas y eso ya es una victoria para un Bordalás que ha sabido armar un equipo competitivo a pesar de las carencias de la plantilla y del clima social adverso que ha generado la propiedad. Las cuentas son claras. El Valencia es octavo en la tabla con 28 puntos. Si esta tarde gana al Espanyol sumará 31 y dará un salto en la clasificación de cuatro puestos para cerrar el año en cuarta posición por delante de Rayo Vallecano (30), Atlético (29), Real Sociedad (29) y Barcelona (28). Eso sí, todos con un partido menos. La alegría durará poco porque el día 2 de enero se reanuda la competición, pero verse aunque sea unas horas ahí arriba ya es un premio para todos y sobre todo un refuerzo a la confianza y la autoestima de unos jugadores que van a más. La racha invita al optimismo. El Valencia de hecho tiene la posibilidad de encadenar su cuarta victoria seguida en LaLiga (Celta, Elche y Levante). Una racha de triunfos que no conoce desde abril de 2018. Hace la friolera de más de tres años cuando sumó cinco triunfos seguidos con Marcelino García Toral.

Acabar en puestos de Champions es un estímulo más para la plantilla, aunque Bordalás ha dejado claro que no debe ser una obsesión. Lo que realmente le importa al equipo es seguir siendo fiel a sus señas de identidad, mejorar en fase defensiva (la verdadera asignatura pendiente del equipo en la primera vuelta) y dar continuidad a la racha de victorias que le ha aupado a la parte alta de la clasificación. El Valencia de Bordalás ha encontrado su camino y ya van siete partidos ligueros sin perder (desde octubre contra el Betis) que son nueve contando los de la Copa del Rey.

Menos factor Mestalla

El problema es que el factor Mestalla será menos. Porque jugar un 31 de diciembre a las cuatro solo entra en la cabeza de Javier Tebas (no hizo caso a la petición de cambio) y porque la plaga de contagios puede restar afluencia de aficionados a las gradas. El Valencia jugará a diferencia del resto de estadios, con el aforo de Mestalla al completo porque las nuevas restricciones sanitarias acordadas por Sanidad no entran en vigor hasta el 1 de enero, pero de poco servirá. Se espera una de las peores entradas de la temporada. ¿Habrá «Lim go home» en el minuto 19 también o el proyecto del nuevo estadio habrá apaciguado los ánimos de la grada? 

La buena noticia para Mestalla es que llega el segundo peor visitante de LaLiga: 3 puntos. Solo mejor que el Levante. Tampoco la estadística juega a su favor. No ganan en València desde la séptima jornada de la 2007/08. ¡Esta noche en las campanadas, cuidado con los cuartos! Los del Valencia, claro.